Ofrenda a la sidra
Estamos de enhorabuena en Asturias. Desde el pasado miércoles, podemos degustar 'a culinos' uno de los patrimonios inmateriales de la humanidad. El reconocimiento de la ... Unesco de la cultura sidrera asturiana no es sólo un final feliz, sino también un comienzo esperanzador. Además de la defensa y mejora del sector sidrero y de la valoración universal de una de nuestras señas de identidad, con la declaración de la Unesco será más difícil 'vampirizar' algunos rasgos propios de la cultura de la sidra asturiana. Por ejemplo, el llamado en algunas sidrerías o 'sagardotegis' vascas el vaso de pelotari, o el intento de apropiación en Cantabria de la tradicional botella verde. Por cierto, el Supremo falló que esta botella, conocida como botella 'molde de hierro' solo se podrá utilizar para la sidra natural elaborada en Asturias.
Detrás del espaldarazo de la Unesco ha habido un largo viaje. Entre los hitos de este recorrido señalemos la declaración de la sidra como Bien de Interés Cultural (BIC), y que sin duda allanó el camino hacia París. También, la exposición 'Escanciando' celebrada el pasado año en el Museo de Bellas Artes y que recogía una valiosa muestra de las representaciones de sidra asturiana en la pintura. Y, como no, la creación de la Cátedra de la Sidra de Asturias que dirige Luis Benito García Arias, alma de la propuesta para la Unesco, y en donde se han editado interesantes trabajos sobre este mundo. Pero lo fundamental ha sido el hacer una propuesta inclusiva, con la que nos podemos identificar todos los asturianos, y en la que se zanjó, prudentemente, intentos de apropiación local, por ejemplo, echar rápidamente tierra a la propuesta de Oviedo como capital mundial de la sidra, o evitar derivaciones políticas con fines nacionalistas.
El maestro Renedo compuso en Villaviciosa, con letra de Álvarez Sierra la zarzuela 'La Torrentera', hoy muy olvidada salvo el coral 'Ofrenda a la manzana y a la sidra'. Un homenaje temprano a nuestra bebida universal.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión