La pereza de los eslóganes
En los chigres y otros templos de la sociabilidad asturiana no parece que se esté dando un ambiente electoral apasionante. Faltan ocho días para las ... votaciones y, salvo el puñado de aguerridos militantes o los propios candidatos al puesto, el personal sigue a lo suyo. Incluso la propaganda posee este año, al menos en apariencia, un tono sensiblemente menor. Y eso que no son solo elecciones cruciales para los ayuntamientos y la Junta General del Principado, sino que también se entrecruzan intereses nacionales. Sin embargo, tal vez por la amplitud de la precampaña y por el hartazgo de la acritud política, se adivina cierta languidez y poco entusiasmo en estos días electorales.
La pereza es la madre de todos los eslóganes en Asturias y en Gijón, pero no en todos los sitios. Hace unos días estaba en Santander, y al menos en las farolas había lemas simpáticos y originales. El cartel del partido de Revilla decía 'Santander necesita piña', en alusión al candidato Felipe Piña. En otro cartel del PP, leíamos 'La piña me la como yo', con la foto de la actual alcaldesa Gema Igual. Y más adelante, aparecía el lema del PSOE con 'Santander siningual'. Al menos estos eslóganes interrelacionan entre sí. Sin embargo, aquí en Gijón, los publicistas e ideólogos no se han debido deslomar ideando eslóganes.
Salgo de mi casa, y me saludan Pumariega y Canga, la una por 'Gijón entre todos', y el otro 'Asturias entre todos'. ¿Llamamiento a la totalidad planetaria? Cuatro pasos más allá, Barbón, que lleva cuatro años al frente del Principado, nos anuncia 'Llegó el momento de Asturias' y a su lado, Floro nos dice lo mismo de Gijón. Nos alegramos de que después de una legislatura empiecen a despertar. En un muro, leo otro eslogan de un partido, pero que podría ser institucional 'Vota lo que piensas'. ¡Pues claro! ¿Se inspiraron en Confucio?
Rebuscando en la ciudad hay carteles de Foro: 'Vota Gijón'; 'Vota Asturias', con las fotos de los candidatos. Ejemplos típicos de sinécdoque al confundir la parte por el todo. Y no sigo por falta de espacio. Lo cierto es que aquel manifiesto utópico del yerno de Carlos Marx sobre el elogio de la pereza se está cumpliendo en nuestros eslóganes electorales.
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