Sacrificio solidario
El plan de ahorro energético cobra especial relevancia en Asturias, la región con más consumo por habitante
El Gobierno ha aprobado un plan de ahorro energético que responde al acuerdo alcanzado por los ministros de energía de la Unión Europea, consistente en ... reducir el consumo de gas en un 15%, en previsión de futuros cortes, totales o parciales, del suministro proveniente de Rusia. En la negociación, España logró un tratamiento excepcional al quedar reducido el recorte del consumo al 7% por no estar interconectada con las redes europeas y tener unas infraestructuras de gas natural licuado dedicadas a redistribuir el gas entre los países europeos. El plan comprende unas medidas que estarán vigentes hasta el 1 de noviembre de 2023, entre las que destacan poner límites térmicos al aire acondicionado y a la calefacción y acotar el horario para la iluminación de escaparates y edificios públicos. El aire acondicionado no podrá entrar en funcionamiento cuando la temperatura esté por debajo de los 27º y la calefacción tampoco se podrá utilizar si la temperatura está por encima de los 19º. Ambas limitaciones regirán para espacios comerciales, grandes almacenes, aeropuertos y estaciones de tren y autobús. Quedan excluidos bares, restaurantes y gimnasios. El alumbrado de escaparates y edificios públicos finalizará a las diez de la noche, exceptuando el alumbrado ornamental de monumentos. También se incluye la obligatoriedad de un sistema de cierre que evite el despilfarro energético. El Gobierno prevé que las pautas tomadas con respecto a la temperatura y la iluminación comportarán una reducción de la demanda de gas entre el 4% y el 5%. Quizás por la precipitación en aplicarlas, las medidas no fueron bien tomadas por la oposición ni por los sectores más afectados, como el comercio. Un debate sosegado también hubiera permitido ver el coste de oportunidad que conllevan en plena temporada alta de turismo, pero es cierto que no es fácil encontrar propuestas que reduzcan el consumo energético sin dañar las expectativas de uno u otro sector económico.
De forma voluntaria, el Principado tomó decisiones que complementan el plan del Gobierno, relacionadas con la Administración autonómica, como las de apagar los ordenadores y utilizar las escaleras en vez de los ascensores. Debería ser habitual el apagado de ordenadores, en cuanto a la preferencia por las escaleras puede ser una opción saludable, pero dudosamente mayoritaria. Quizás, pensando en el medio plazo, tenga más importancia el programa de rehabilitación de edificios, para ganar eficiencia energética, que tiene asignados 15,3 millones de euros y tiene como meta ahorros en energía superiores al 30%. En las siete medidas acordadas por el Principado está incluir entre los criterios de valoración en las licitaciones de infraestructuras de la Administración, la eficiencia y el ahorro energético, así como impulsar acuerdos marco en la contratación de suministro eléctrico. En la actualidad, la factura eléctrica del Principado es de 30 millones anuales, siendo dos terceras partes atribuibles a los centros y servicios sanitarios.
El Principado potenciará el teletrabajo y la racionalización de los horarios. Esta medida proviene de la época de confinamiento y quedó sin desarrollar. Hay que meditar muy bien cualquier decisión en esta materia, porque no es fácilmente reversible. Venimos de un periodo excesivamente largo donde quedó alterada la atención al público y en una época en que un sector de la población tiene dudas sobre si la Administración forma parte de la solución o del problema. La masa salarial del Principado ha crecido mucho en los últimos años, así que conviene estar muy seguro antes de dar pasos adelante. Por otra parte el ahorro energético del teletrabajo supone exceso de gasto en los domicilios de los empleados. Más allá del teletrabajo, el ahorro energético en el sector servicios, las administraciones y la sociedad es obligado en Asturias para ser solidarios con un sector industrial que nos lleva a ser la comunidad autónoma con mayor consumo de energía por habitante.
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