Soterrar o no soterrar, esta es la cuestión
GALERÍA DEL NÁUFRAGO ·
Gobierne quien gobierne en la ciudad, es casi seguro que el Muro no va a quedar como hoy lo vemos. También es un hecho incuestionable ... que bajo la idea de soterrar el tráfico impulsada estos días por Foro, se esconde una clara y legítima intención electoral. Pero no nos engañemos. En los ocho años en los que Carmen Moriyón fue alcaldesa de Gijón, el único proyecto que se hizo sobre el Muro y que por suerte no pasó del papel a la obra, fue la propuesta de una pequeña muralla o armatoste en zig-zag sobre el paseo, con la intención manifiesta de que «sirva de mirador para ver el mar». Dicho esto, la idea de soterrar el tráfico en el Muro, sin quitarle los méritos de la propuesta a Foro, siempre estuvo presente como un vago futurible en las próximas transformaciones del paseo.
Soterrar el tráfico, es decir hacer un túnel bajo el Muro, idealmente es la mejor solución, pero también podría acarrear problemas reales y muy concretos. Primero, los sobrecostes que se sumarían a unos previsibles 50 millones de euros que, por cierto, no son moco de pavo. ¿Se acuerdan del aparcamiento del Náutico a principios de los noventa del pasado siglo? Se habían previsto dos plantas. La segunda planta no se pudo hacer por la cercanía con el nivel freático. Y los retrasos y sobrecostes que se generaron en la primera planta estuvieron muy por encima de lo presupuestado. El segundo problema es el del tiempo en el que se utilizará el paseo. ¿Se imaginan el Muro abierto en canal durante varios años? El tercero es la cercanía a los edificios que podría provocar problemas en la cimentación de los mismos. Y, finalmente, un proyecto así requeriría un acuerdo político mayoritario, de ciudad y no de partido, y que transcienda al tactismo de los políticos, algo que hoy por hoy está muy alejado de la realidad.
La segunda opción es la de la reordenación del paseo, con cabeza y no a golpe de ocurrencias de concejal de Movilidad, respaldada por la alcaldesa. Personalmente, estoy en el grupo de los 'reordenadores'. El de planificar el tráfico, consolidar mayores espacios para peatones y bicicletas, y avanzar con racionalidad hacia esa peatonalización progresiva del Muro.
Siempre estuvo presente como un vago futurible en las transformaciones del paseo
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