Verde que te quiero verde

Ana González cometió el mismo error que su predecesora en el cargo, Carmen Moriyón, cuando decidió cambiar, en aras de la centralidad, la ubicación primera. Parece ser que las 'alcaldadas' y arbitrariedades como forma de proceder, se heredan en el Consistorio gijonés.

Mientras la Corporación continúa ensimismada en planes y proyectos irreales, un reciente estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona sobre mortalidad asociada a la falta de espacios verdes, no deja en buen lugar a Gijón. En dicho estudio, publicado en la revista médica 'The Lancet Planetary Healtc', ('El Bisturí de la Salud del Planeta'), Gijón ocupa entre mil ciudades europeas analizadas, el cuarto lugar de Europa con el índice mayor de mortalidad atribuible a carencias de zonas verdes dentro de la ciudad. Creo que la calificación puede ser cuestionada, y a mí se me ocurren ciudades relativamente cercanas más insalubres y menos verdes que la nuestra.

Sin embargo, es un hecho que 'la capital de la costa verde' tiene problemas de contaminación por mar y aire, y de escasez de parques y zonas verdes por tierra.

¿Se podría suavizar los veinte años de pifia y gastos inútiles del plan de vías con el aumento necesario de zonas verdes en Gijón?

A veces, la historia de la ciudad se escribe recta con renglones torcidos. Los desatinos pasados y sus gastos son irrecuperables, pero han dejado el 'solarón' como proyecto de futuro de una amplia zona vegetal que nos podría llevar a pintar nuestro futuro de verde. El espacio ya lo tienen.