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Reinventar la historia

Ahora, hoy, nos empeñamos en 'interpretar' la historia en función de nuestros propios pensamientos, dejando de lado hechos y realidades objetivas que no tienen lugar a interpretación, porque hay hechos que son como son, nos gusten más o nos gusten menos

Jueves, 26 de mayo 2022, 22:13

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Hace veintiún años, más o menos, cursaba Sociología y entre las optativas disponibles seleccioné Historia Contemporánea, en cuyos temas se trataban cuestiones muy peliagudas como ... podían ser la constante contienda entre Israel y Palestina -incluidas todas sus guerras-, el conflicto del Kurdistán -muy complejo y del que por aquellos años apenas había oído hablar- o algunas guerras más pequeñas en África, que no por pequeñas o lejanas eran menos importantes y que todavía hoy continúan. Estudiábamos su origen, la raíz que las provocó, con objetividad y de forma fría, sin que ello supusiera ningún problema para nadie de los que estábamos en clase. Ser objetivos, en Historia, es o debe ser fundamental. Era algo que se recalcaba desde el primer día, porque la objetividad lleva a la honradez y a la dignidad. Eso, a su vez, lleva a asumir los errores (propios y ajenos), a entender al contrario, a establecer vínculos y a intentar, sobre todo intentar, no repetir los mismos errores cometidos una y otra vez, como si en lugar de personas fuéramos hámsteres en una rueda infinita.

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