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Operarios colocando andamios ayer por la mañana.
Comienzan las obras de restauración de la fachada  de la Puerta de la Limosna

Comienzan las obras de restauración de la fachada de la Puerta de la Limosna

Los trabajos para impermeabilizar y asegurar los elementos para que no se desprendan durarán tres meses

DANIEL LUMBRERAS

Martes, 7 de marzo 2017, 02:15

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La parte trasera de la Catedral, la que da a La Corrada del Obispo, se llenó ayer de andamios para dar comienzo a las obras de restauración de la Puerta de la Limosna, que se alargarán hasta junio. Contarán con un presupuesto de «más de 60.000 euros», según indicó el deán del templo, Benito Gallego, y las ejecutará la empresa Artec2, la misma que hace unos meses se encargó de un trabajo muy similar en la fachada de San Isidoro el Real.

Se trata de la intervención número veinticuatro desde la puesta en marcha del Plan Director de la Catedral en 1997, redactado por Cosme Cuenca y Jorge Hevia; la obra la dirigirá este último. Consistirá básicamente en asegurar los elementos sueltos de la fachada y proteger la piedra de la lluvia. «Una piedra caliza que por su porosidad se acaba deteriorando con el agua», afirmó Hevia; lo que buscan es «que los transeúntes no tengan peligro de desprendimiento».

Para ello, en primer lugar, «en la piedra fisurada metemos taladros, aspiramos el polvo y metemos cosido a base de barras de acero y resina, es casi una labor de dentista que va poniendo implantes», explica el arquitecto.

Una vez aseguradas las fisuras, se procede a pulir para levantar las capas sueltas y llegar hasta la piedra sana. «Las zonas erosionadas las saneamos e introducimos mortero de restauración, y se fija el sustrato de la piedra también mediante cosido con alambre de acero inoxidable», expone Hevia.

Una vez reparados los elementos más delicados, como el escudo de la pared, toca asegurarse de que la piedra repela el agua de lluvia. Para eso, afirma el arquitecto «el método es proteger la superficie con chapa de zinc electrolítica».

La intervención se produce a raíz de una inspección el pasado septiembre, en el que se detectaron «patologías» como piedras sueltas, de las cuales se retiraron las más inestables por seguridad.

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