Lágrimas en el instituto de las jóvenes atropelladas en Oviedo: «Estamos todos en shock»

Dos menores de 15 y 16 años, respectivamente, fueron atropelladas en Oviedo mientras esperaban el verde del semáforo a la altura del número 7 de la avenida Padre Vinjoy. Estaban en la acera. Junto a ellas, otra niña, de 12 años, también fue arrollada. Un joven de veinte años cuyo nombre se corresponde con las iniciales J. F. L., a bordo de su Opel Astra, circulaba por Hermanos Menéndez Pidal. Se dirigía a clase. Cuando giró para incorporarse a Padre Vinjoy hacia la plaza de Castilla, perdió el control de su vehículo, invadió la acera y terminó llevándose por delante a las menores. Los testigos sostienen, y así lo confirmaron más tarde las fuentes policiales consultadas por este diario, que iba «pasado de revoluciones». El resultado, la mayor de las adolescentes terminó ingresada en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con un traumatismo craneoencefálico grave. Su hermana, con heridas leves también en la cabeza. La tercera de las jóvenes, afortunadamente, resultó ilesa.

El reloj pasaba por pocos minutos de las ocho de la mañana. Las hermanas, como cada mañana, se dirigían a coger el tren de camino al instituto de Mieres, de donde son alumnas. La otra adolescente, por su parte, también iba de camino a sus clases, aunque en este caso al IES Aramo, en Llamaquique. Esta, al igual que la más pequeña de las hermanas, terminó en Pediatría del HUCA, aunque sin daños de consideración. La peor parte se la llevó la mayor, aunque desde al Ayuntamiento aseguraron que se encontraba «estable».

En el lugar pronto se desplegó un amplio operativo de efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil y de emergencias. Una UVI móvil trasladó rápidamente a la mayor de ellas, de 16 años, debido a la gravedad de sus lesiones. A las otras dos, tras examinarlas in situ, las llevaron después al Hospital otras dos ambulancias, una de ellas convencional y la otra, de soporte vital básico.

Mientras tanto, el joven conductor aseguró a los agentes que se le había descontrolado el coche. Terminó en las dependencias de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, en Rubín, donde fue sometido a los pertinentes controles de alcoholemia y drogas. Dio negativo en ambos. Permaneció allí al menos hasta las primeras horas de la tarde.

Los efectivos deberán determinar el alcance de la imprudencia y el resto de pormenores del suceso. «La Policía Local sigue investigando para descifrar cómo se produjo el accidente», aseguraron fuentes del área que lidera el concejal popular José Ramón Prado. «Imprudencia» es precisamente la palabra que utilizó ayer, al ser preguntada por el asunto, la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra. «Parece ser una imprudencia del conductor, no de las menores, una imprudencia lamentable. Las menores están ingresadas en el HUCA, el pronóstico es reservado, pero lo que espero es que próximamente tengamos buenas noticias de las tres», aseveró.

Preguntada también sobre si se trata de una zona conflictiva en cuanto al tráfico y sobre las posibles medidas que podrían o deberían tomarse para prevenir este tipo de accidentes, respondió lo siguiente: «Desconozco si es una zona problemática, pero la responsabilidad no ha sido de las menores; además, se ha producido en la acera». Eso, y que la competencia en todo lo que tiene que ver con el tráfico y la movilidad, en todo caso, depende del Ayuntamiento.

En el instituto Aramo la noticia corrió como la pólvora. Lágrimas, consternación y tristeza a las puertas del centro. Dos chicas y un chico salían del IES poco tiempo después del atropello de las tres menores, una de ellas compañera del mismo centro. Los jóvenes manifestaron su «desolación» por el trágico suceso y relataron que «en el 'insti' se palpa una tristeza enorme. Tenemos compañeras que han estado llorando porque la noticia ha causado un gran impacto». Los chavales no se explicaban cómo pudo acontecer el accidente y sólo les salían palabras de tristeza y lamentos. «Ha sido horrible, nos hemos enterado ya dentro del instituto, pero todo el mundo, como nosotros, está en shock. Es muy mala suerte aunque esperamos que se recuperen pronto y todo vuelva a la normalidad».

Los negocios de la plaza de la Paz estaban casi prácticamente cerrados en su totalidad en el momento del atropello. De hecho, el propietario de la librería Yebra se quedó atrapado por el colapso de tráfico que supuso la llegada de policías y ambulancias para socorrer a las jóvenes atropelladas. «Me quedé con el coche atascado en la calle Hermanos Pidal preguntándome cuál era la razón del atasco porque es normal que haya tráfico pero suele ser mucho más fluido. De hecho llegué a abrir la librería sobre las nueve, bastante más tarde de la hora acostumbrada, y cuando la Policía Local ya estaba recogiendo».

En la cafetería Real, también en la propia plaza de la Paz el suceso ocupaba las conversaciones de las personas que tomaban un café como Ana López Quido: «Yo no lo vi, sólo el barullo terrible que se ha montado con ambulancias y coches de la Policía Local y la pena tan grande que supone que atropellen a tres niñas. Vi irse a las ambulancias, estoy muy impresionada», agregó aún con el susto en el cuerpo.

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