«La Catedral permanecerá abierta en todo momento y habrá más misas»
Benito Gallego, deán de la Catedral ·
Afronta el reinicio de las celebraciones con «incertidumbre» y anticipa que se doblarán los horarios «para que nadie se quede sin misa»ALBERTO ARCE
oviedo.
Lunes, 4 de mayo 2020, 01:10
El próximo lunes, 11 de mayo, a las doce del mediodía, volverá a celebrarse la misa en la capilla del Rey Casto de la Catedral. La primera fase de la desescalada traerá consigo la reapertura de los templos y desde la Gran Basílica Metropolitana, el deán, Benito Gallego (Villamoratiel de las Matas, 1943), asegura que a partir de ese momento la Catedral «permanecerá abierta en todo momento» para todos quienes quieran ir, a cualquier hora, a combatir el trauma del COVID-19 a través de la oración.
-¿La Sancta Ovetensis está ávida de feligreses?
-Hemos estado pensando mucho en toda esa gente que quería venir y que ya no tenía esa posibilidad. Además, produce una sensación extraña encontrarse con el templo, en toda su grandiosidad, completamente vacío. Es imposible no tener un sentimiento de soledad.
-¿Cómo han pasado los fieles estas semanas sin acudir a la iglesia?
-Ha sido un verdadero problema para mucha gente. He recibido llamadas constantes de personas que preguntaban si existía la posibilidad de asistir a una celebración. Ocurrió, sobre todo, durante los días de la Semana Santa. Me preguntaban si no sería posible mostrar el Santo Sudario aunque no hubiese público.
-Usted ha seguido celebrando misas cada día...
-Todos los sacerdotes hemos estado celebrando misas todos los días, es nuestra obligación.
-El coronavirus no ha permitido a los fieles disfrutar de la Semana Santa.
-Se siguió por los medios de comunicación, que tuvieron una audiencia muy elevada. Aún no sabemos cómo ha afectado todo esto, pero no poder participar presencialmente en la Semana Santa la enfría un poco, no recibir la eucaristía, la penitencia y la confesión... ¿Cómo no va a afectar si son los medios que tenemos para vivir con coherencia nuestra fe? Ahora veremos cómo lo restablecemos.
-¿Cómo lo harán?
-Debemos respetar las indicaciones de Sanidad, cuidaremos los detalles de protección y limpieza, y la atención a las personas, que es lo que hemos venido haciendo. Pero estos días hay algo que preocupa enormemente, y es que la cola de la Cocina Económica, como ejemplo, y crecerá cada día más. Pienso en cómo dicen desde el Gobierno que no dejarán a nadie atrás, pero lo cierto es que el número de personas afectadas irá en aumento.
-¿Las ayudas llegan a todos?
-Cuando dicen que no se dejará a nadie en la estacada, la que suele estar en esos menesteres es la Iglesia, y lo haremos con gusto, porque es un aspecto esencial, que nadie quede descartado. Lo único que sabemos es que tras el virus cada día más personas nos necesitarán para subsistir.
-¿Cree que es seguro abrir los templos el día 11?
-Podremos abrir la puerta con grupos pequeños, veremos cómo lo arbitramos, aún tenemos cierta incertidumbre. No sé si es seguro o no, los encargados de establecer eso son técnicos, y desde Sanidad nos irán diciendo con mucha frecuencia qué debemos hacer, aunque no sé si lo dejarán lo suficientemente claro.
-¿Qué medidas de seguridad deberán implementar?
-La limpieza y la desinfección serán constantes, incluso durante la ceremonia, antes de dar la comunión. Las puertas del templo permanecerán abiertas y los sacerdotes no invitarán a dar la paz ni existirá contacto de ningún tipo. Tenemos un templo lo suficientemente grande, además, para que se guarde la distancia en los bancos.
-¿Comulgar puede ser un peligro de contagio?
-No habrá problema en este aspecto, porque recibir la comunión es lo que más reclaman los fieles. Se distribuirá en la mano y con seguridad. Donde sea posible, serán los sacerdotes jóvenes los que la repartan. La vida misma nos irá dictando las medidas.
-¿Temen una llegada masiva de fieles una vez se reabran las iglesias?
-Todo puede ocurrir, pero para resolverlo incrementaremos el número de misas, sobre todo los domingos. Habrá momentos en los que haya que decir a la gente que ya no pueden entrar, pero nadie se va a quedar sin misa.
-¿Combatir el virus puede trastocar el culto?
-No debería. No creo que vaya a cambiar en absoluto. Eso sí, lo distinto será que a partir de ahora la Catedral permanecerá abierta en todo momento para quien quiera ir a rezar un rato.
-El Arzobispado ha decretado un plan de medidas económicas para aliviar la situación de las parroquias, ¿qué parte aportará la Catedral?
-Veremos, porque ahora no tenemos fondos. El presupuesto para este año se había hecho sin considerar en absoluto esta situación y teníamos unos gastos extraordinarios con las restauraciones, pero ahora no hay ni un euro. Aportamos cada año para la diócesis, pero este año a ver cómo estamos primero, porque el turismo no va a rehacerse.
-¿Dan las visitas por pérdidas?
-Ya las estamos echando en falta. Vamos a resentirnos mucho, porque ahora venía el tiempo de mayor afluencia.
-Sanz Montes también ha llamado al presbiterio a que done parte de su sueldo a los más necesitados. ¿Cómo lo valora?
-No es sorpresa, pero como los sacerdotes somos mileuristas justos, no podemos mucho. Haremos lo que podamos indudablemente.
-El confinamiento les ha cogido entre andamios, ¿en qué punto avanzan las restauraciones?
-Dos de los cinco retablos de la girola ya están terminados y a uno le queda que retiren el andamio. La obra va según los plazos, estará lista para finales de este mes. La capilla de los Vigiles, en cambio, está paralizada desde el 13 de marzo.
-El arzobispo también ha decretado que las obras no urgentes tendrán que esperar.
-Lo que ya está empezado no se puede parar.