Un centro especializado en tuberculosis e inaugurado por Carmen Polo

Los bombardeos de la guerra civil afectaron seriamente a los hospitales existentes de en Oviedo. Los enfermos fueron trasladados a diferentes centros sanitarios improvisados y tiempo después surgió la idea de reunir todos los sanatorios en uno. Fue entonces cuando se empezó a construir el Hospital General en El Cristo, pero de aquella ya estaba en pleno funcionamiento el Monte Naranco.

Cuenta el cronista del Centro Asturiano, Pedro Rodríguez, que «hubo una oferta para instalarse» en la sede del club de Campo, pero el acuerdo no se llegó a cerrar. Sus responsables se decantaron por «otras fincas en la ladera» del monte Naranco. El 21 de octubre de 1947 fue su inauguración bajo el nombre Sanatorio Antituberculoso de Oviedo tras una inversión que superó los diez millones de pesetas.

Al acto acudieron el ministro de Gobernación, Blas Pérez González, y la mujer de Francisco Franco, la ovetense Carmen Polo. Con una plantilla de cuatro médicos, quince enfermeras y demás trabajadores hasta llegar al centenar, tuvo pacientes desde el primer hasta alcanzar las 500 camas, una cifra muy distinta a la actual. Sus características terrazas no fueron fruto de la casualidad. Orientadas hacia el sur, estaban destinadas a los pacientes con tuberculosis.

En la década de los 80 pasó a depender del Principado. Perteneciente al área sanitaria IV ha sufrido varias reformas a lo largo del tiempo. Originariamente solo tenía un quirófano aumentándose después hasta los cinco que hay en la actualidad, según detalla la Revista Enfermería en Desarrollo.

También, recuerda Marisa Montañés, secretaria autonómica del Sindicato de Técnicos Auxiliares de Enfermería (SAE), se construyeron ascensores para facilitar el acceso de los pacientes a las diversas plantas y los ordenadores se han vuelto a la orden del día: «Falta, entre otras cosas que nos remodelen el wifi para que sea útil», concluye el geriatra, José Gutiérrez.

Una remodelación integral será su futuro.