Los alumnos del colegio San Ignacio de Oviedo recuerdan «el legado espiritual» del Papa Francisco

Bajo un ambiente de respeto y recogimiento, el coordinador de la formación cristiana del colegio San Ignacio de Oviedo, Pablo Cuesta, abrió el acto recordando la relevancia del Papa Francisco no solo para la Iglesia universal, sino de forma muy especial para la comunidad ignaciana. «Hemos rezado una oración de agradecimiento por la vida del Papa Francisco para destacar su legado espiritual y su impacto en la Iglesia y en el mundo», expresó Cuesta. «Además, para nosotros es especialmente significativo porque fue el único Papa de la historia jesuita y eso nos llena de orgullo para rendirle este sentido homenaje», añadió, subrayando el vínculo que une al colegio con la espiritualidad y los valores promovidos por la Compañía de Jesús.

Durante la ceremonia, se elevaron varias peticiones por el alma del Papa Francisco, por la paz en el mundo, la salud de todas las personas y por el proceso de elección del nuevo Papa. Estas intenciones fueron leídas por alumnos de todas las etapas educativas, lo que imprimió al acto un carácter participativo y cercano. Las voces infantiles, adolescentes y juveniles se unieron en un mismo clamor, reflejando el espíritu comunitario que caracteriza al colegio.

Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar cuando niños de Infantil se acercaron ante la imagen de la Virgen que presidía el lugar de la ceremonia para depositar diversas plantas, que ahora crecerán en el colegio como símbolo del cuidado y respeto por la naturaleza. «Representan el legado que dejó el Papa del cuidado común», explicó Cuesta, en referencia a la encíclica Laudato Si', en la que Francisco hizo un llamamiento urgente a proteger la Casa Común.

El acto concluyó con un rezo conjunto que unió a alumnos, profesores y personal del centro en un gesto de comunión y recogimiento. La imagen de cientos de estudiantes, desde los más pequeños hasta los mayores, rezando al unísono en memoria del Pontífice jesuita dejó una estampa de unidad y espiritualidad.

Ahora, la comunidad ignaciana permanece a la espera, con esperanza y oración la elección del nuevo Pontífice que guiará a la Iglesia en los próximos años. «El Espíritu Santo ahora tiene mucho trabajo para elegir al nuevo Papa y claro que estamos expectantes porque incluso puede ser un asturiano, pero de momento lo dejamos en manos de quién procede y seguiremos con la misma fe», expresó Cuesta.