Diez días del último rastro con vida de Tatiana Coinac y una «ardua» investigación

Tatiana Coinac escribió por última vez en su web de contactos, que solía actualizar cada pocas horas, hace diez días: el viernes 10 de marzo a las 14.18 horas. Tras una llamada de su madre, desde Benicarló, Castellón, advirtiendo de que no localizaba a su hija, los agentes la encontraron muerta en su vivienda de la calle Ámsterdam el domingo por la mañana.

La Policía Nacional -los grupos de la Judicial y Científica de Jefatura Superior de Asturias y de Homicidios y Tratamiento de la Escena del Crimen de Madrid- está inmersa desde entonces en una «ardua investigación» para encontrar a su asesino.

La mujer moldava, de 44 años, fue hallada sin vida en la bañera de su apartamento sin que nadie escuchara nada. Una muerte extremadamente violenta, donde la principal hipótesis es que un hombre, un «psicópata», la mató tras contratar un servicio. Según el diario 'El Debate', la obligó «a vestirse de colegiala, con ropa interior a juego», «le ató las manos a la cama, le tapó la boca, la enrolló con una funda de alhomada el cuello y comenzó a apretar». Con la mujer ya muerta, trasladó su cuerpo, que apareció desnudo en la bañera, limpió el cuerpo minuciosamente, tiró la ropa a la basura y se marchó, según las mismas fuentes.

Desde el domingo, y hasta el martes, los agentes de la Policía Nacional han rastreado minuciosamente el piso hasta lograr restos de ADN y otro tipo de huellas, que han sido analizadas. También siguen las pistas de los tres teléfonos móviles de la 'escort', uno personal y dos de trabajo, con los que atendía a sus clientes y organizaba las citas diarias. Pese a todo, ningún vecino del edificio, donde la mujer vivía desde hace quince años, escuchó nada.