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Cristina Álvarez Mendo (Oviedo, 1974) recibirá el próximo 3 de abril el premio 'Ovetense del Año' por, entre otras muchas cosas, ser la única directora ... de una carrera ciclista internacional, la Vuelta a Asturias, en España. Divertida, trabajadora y ocurrente, recuerda siempre a su padre, que creó la Vuelta a Asturias, Julio Álvarez Mendo, ya fallecido. Es gobernanta de Fruelahoteles cuando no dirige ciclismo.
–¿Le sorprendió la concesión del 'Ovetense del Año'?
–Me sorprendió cien. Cuando me lo dijo Santiago Alverú, al que no conocía personalmente, le dije que si era una broma. Es un premio muy bonito, la verdad, pero a la vez pensé 'qué pinto yo en todo esto'. Hay mil personas mucho más importantes y relevantes que yo pero acepté porque me convenció Carlos Paniceres y por la lista de anteriores premiados como Luis Fernández-Vega, Gabino de Lorenzo o Graciano García... me hizo sentirme muy halagada y muy impresionada. Ahora que ya ha pasado casi un mes estoy que cuando lo pienso me entra un poco de vértigo, algo de risa floja y me acuerdo de mi padre.
–¿Qué diría su padre?
–Me llamaba secretaria y diría 'esta secretaria es la madre que la parió, lo que yo no conseguí en la vida, lo ha conseguido ella'. Bien es verdad que nunca se le propuso tampoco, porque yo creo que mi padre hubiera sido un 'superovetense del año'. Yo creo que si me dan un Goya no me haría tanta ilusión porque esto de ser profeta en tu tierra y que te reconozcan en tu ciudad es la leche.
–¿Ha pensado en su discurso en el día de la entrega?
–No, pero será algo como soy yo, muy emotivo, muy cercano, muy directo, con mucho cariño, con mucho recuerdo a mi padre, que lo tengo presente en mi día a día.
–¿La sombra de su padre es alargada?
–Se murió ahora hace diecisiete años pero yo lo tengo presente y a mí me gusta hablar de él. Me gusta que me cuenten cosas de él y con la Vuelta a Asturias sigue vivo.
–¿Cómo acabó dirigiendo la Vuelta a Asturias?
–A la puerta del funeral, la plana mayor de la Vuelta me citó en la sede y allí me dijeron que si yo cogía las riendas ellos seguirían adelante, pero sólo en ese caso. Lo consulté con mi marido y dije que sí.
–¿Cómo es de complicado organizar una Vuelta Ciclista a Asturias?
–Muchísimo. Y cuento un detalle. Un año organizamos una contrarreloj en Piedras Blancas y en un circuito nos dimos cuenta de que habíamos cometido un error porque cerrábamos el paso a la iglesia y había un funeral. Imagínese, tú llegas con la pena de enterrar a tu padre y te encuentras que no puedes pasar por la Vuelta Ciclista. La viuda, los hijos, los nietos... Menos mal que lo arreglamos pero es que todo es muy complejo y para cualquier cosa hay que mover a mucha gente.
–¿Es verdad eso de que al día siguiente de acabar se empieza a trabajar en la nueva Vuelta?
–Sí y no. Necesitas descansar pero, por ejemplo, en el caso de los patrocinadores según acaba la Vuelta es el mejor momento para cogerlos. Lo que a mí me gusta hacer es acabar de pagar esa Vuelta. Una vez que acaba la Vuelta yo recaudo todo el dinero y pago a todos porque el que paga descansa, y el que recibe más. No doy la Vuelta por concluida hasta que no pago a la última persona.
–Algo se hace bien cuando se reúne la Asociación Internacional de Organizadores de Vueltas Ciclistas en Oviedo por primera vez en la historia fuera de París. Eso es mérito suyo.
–Es que yo soy muy pesada, muy intensa, obsesiva... Tengo un lema de vida que es 'lo difícil se hace y lo imposible se intenta'.
–¿Cómo se consigue traer a una estrella del ciclismo?
–Con televisión. Si no hay televisión, no viene. También necesitan seguridad y los grandes equipos resaltan mucho la seguridad que tiene Asturias.
–¿Cuánta gente trabaja en la Vuelta?
–El equipo principal es de diez personas. En carrera llegamos a más de doscientas personas.
–¿Cuánto cuesta organizar la Vuelta a Asturias?
–Mucho, mucho. Soy una obsesiva del presupuesto. Yo soy un excel andante. En mi vida yo tengo un excel donde pongo hipoteca, comunidad, el colegio de los niños, el inglés, el no sé qué, la academia, y tengo en rojo lo que se llaman gastos fijos. Es decir, que yo mañana entro en un coma inducido y la hipoteca se paga.
–¿La han tentado con la política? Su padre fue concejal con Gabino de Lorenzo.
–No. Mi padre aceptó pero no le salió bien. Estoy muy bien donde estoy; contenta en el hotel trabajando.
–Defina a su padre.
–Era una persona íntegra, trabajadora, luchadora, buena gente, disfrutón, divertido y visionario.
–Es usted la única mujer que dirige una vuelta internacional ciclista masculina en España.
–Y en el mundo somos dos, una chica polaca y yo.
–¿Es consciente de que esta rompiendo muchas barreras?
–Es que yo no me siento pionera en nada. A mí me costó más ser hija de que ser mujer, porque con lo de mujer ni me cuestioné que me pudieran cuestionar. Porque yo la única forma que tengo de responder es con esfuerzo, constancia y dedicación. La suerte es un factor determinante, pero muy pequeño. Los sueños se luchan, se pelean, se consiguen. El ser mujer en este mundo de hombres lo que me ha servido es para rodearme de muy buena gente.
–¿De qué se siente más orgullosa como personaje público que es?
–De poder ayudar a los más desfavorecidos. Nosotros, con la Vuelta, tenemos las ciclocarreras solidarias que hacemos el último día en la calle. Cooperamos con la Asociación Española Contra el Cáncer, la Asociación Galbán y también con El Sueño de Vicky para recaudar fondos para la investigación del cáncer infantil. Los niños con cáncer están considerados como una enfermedad rara, porque no se mueren los suficientes niños para que sea una enfermedad normalizada y los tratamientos no son los que realmente necesitan. Me siento bien organizando cosas para ellos porque necesitan todo el dinero que podamos recaudar.
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