Hallan muerto en su domicilio al psiquiatra Juan Carlos Ortigosa, «un médico distinto»
El coordinador del centro de salud mental Monte Naranco de 62 años llevaba varios días fallecido tras sufrir una insuficiencia cardiaca
alberto arce
Martes, 15 de septiembre 2020, 20:46
La psiquiatría asturiana está de luto. El coordinador del centro de salud mental Monte Naranco, Juan Carlos Ortigosa, fue hallado este martes muerto en su domicilio. Varios agentes de la Policía encontraron el cadáver del médico de 62 años después de que sus compañeros de trabajo y colegas denunciaron a las autoridades su desaparición desde hacía dos días. Había sufrido una insuficiencia cardiorrespiratoria «repentina», explicó uno de sus cuatro hermanos, Eduardo Ortigosa.
Vasco de nacimiento, pero «asturiano de adopción», llevaba en Oviedo desde hace ya más de tres décadas, recordó su hermano. «Salimos de Bilbao corriendo cuando recibimos la noticia, Juan Carlos era un profesional entregado y amaba a su familia por encima de todo, ha dejado muchos amigos», manifestó, entre lágrimas. El funeral se celebrará este miércoles, a las 18 horas, en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de la calle Santa Susana.
Ortigosa cursó sus estudios de Medicina en Bilbao y realizó el MIR en el hospital psiquiátrico de Leganés antes de conseguir una plaza definitiva en la ciudad. Además, era miembro de las sociedades asturiana y española de Psiquiatría, y un asistente incansable a congresos internacionales.
Más psicoterapeuta que psicofarmacólogo, «era un médico distinto», aseguró a este diario el presidente de la Real Academia de Psiquiatría, Julio Bobes, tras explicar cómo «cuando vimos que había faltado dos días al trabajo nos temimos lo peor». Ortigosa estaba recuperado de un cáncer desde hace poco más de un año. «Era un vitalista nato y disfrutaba con todo», abundó.
«Estaba al día de todas las novedades de su especialidad, pero también de la moda y el arte. Era un conseguidor y un arrancador de sonrisas, pero también era uno de los mejores a la hora de encontrar espacios de mejora y acompañamiento para sus pacientes», afirmó Bobes. «Si no podía curar, ayudaba a los enfermos graves», sentenció. «Sin él, nos quedamos desasistidos», lamentó el psiquiatra.
