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El violinista frente a su público en el concierto de ayer, previo al día grande de San Mateo.

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El violinista frente a su público en el concierto de ayer, previo al día grande de San Mateo. FOTOS: ALEX PIÑA

Malikian, todo un «espectáculo»

El violinista conquista al público del Auditorio con un concierto en el que mezcló «arte, cultura y música de muchos países»

ROSALÍA AGUDÍN

OVIEDO.

Lunes, 21 de septiembre 2020, 00:22

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Dos artistas, Ara Malikian e Iván 'Melón' Lewis. El primero al violín, el segundo al piano. Un dúo perfecto, cómplice, sincronizado. Ambos llenaron el escenario de la Sala Principal del Auditorio Príncipe Felipe de magia y energía, convirtiendo la noche previa al día grande de San Mateo en todo un espectáculo.

Malikian salió a escena pasadas las nueve de la noche y lo hizo desde el patio de butacas para después subir al escenario. Ataviado con su 'look' inconfundible, completamente vestido de negro, pantalones acampanados, mangas de encaje el libanés que siempre agota entradas, como fue el caso de ayer, exhibió su virtuosismo con el violín. Se mostró «feliz y contento» de estar en Oviedo, sobre todo después que el confinamiento le obligase a estar «mucho tiempo sin subirse a un escenario».

Es un artista que domina la escena, se come el escenario por el que no para quieto ni un solo segundo y se ha convertido en una de las grandes estrellas de nuestro tiempo. Sorprende verle mover los dedos a tal velocidad sobre el violín y bailar a la vez. Dio hasta saltos, se puso de rodillas e incluso tocó a la pata coja. «Este es un espectáculo de arte, cultura y música de mucho países», resumió. Entre ellos no faltó el recuerdo a su Líbano natal.

Durante más de una hora deleitó al público, entre los que se encontraba el alcalde, Alfredo Canteli acompañado de su mujer, Marta Suárez. Sonaron los temas de su último trabajo 'Royal garage' y pasó por todos los géneros gracias a canciones como 'The roug dog', 'Pisando flores' o 'Las milongas de Alfredo Ravioli'.

Malikian se encargó de presentar los temas y aprovechó para repasar su vida, acercarla al público. Habló de su madre; contó también que cuando llegó a Alemania todos tenían un violín de autor, mientras el suyo era «un truño» y siempre que hablaban sobre el fabricante del instrumento, evitaba contestar. «Yo me quedaba discreto porque no quería hacer el ridículo». Una vida que ha pasado mucho tiempo en garajes, de ahí el nombre del nuevo disco

El violinista, soberbio, conquistó una vez más al público asturiano.

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