
Manuel López
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Manuel López
Manuel López, presidente de la Asociación de Empresarios del Camino Primitivo, lleva años trabajando para fortalecer el papel de la capital asturiana como punto de ... partida esencial en la ruta jacobea más antigua. Bajo su mandato ha promovido numerosas iniciativas como la publicación del Manual del Buen Peregrino, una guía práctica que recoge consejos esenciales, recomendaciones de comportamiento y valores tradicionales.
–¿Cuál es la situación actual del Camino Primitivo?
–Es buena. Por suerte estamos viviendo meses de crecimiento respecto al año anterior, que tampoco fue malo. Pasa mucha gente, sobre todo extranjera, que planifica muy bien sus viajes y tenemos reservas incluso con seis meses de antelación, algo que el peregrino nacional no suele hacer. Especialmente en verano se espera un aumento importante del flujo de peregrinos. Es verdad que los nacionales quizá se frenan por el calor o por otras razones que no terminamos de entender pero en verano la mayoría son de fuera.
–¿Cómo nació la Asociación de Empresarios del Camino Primitivo?
–En plena pandemia, en 2020. Llevábamos tiempo hablando de hacer algo. Pensamos que todavía no se promocionaba mucho y ya ese año decidimos darle forma a la asociación. Lugo tenía mucha más visibilidad y había que ponerse en marcha para mejorar el camino, potenciarlo y sobre, todo actuar desde la cercanía. Los empresarios somos quienes más contacto directo tenemos con los peregrinos. Si hay que limpiar, si hay una incidencia, si hay que señalizar más... estamos ahí. Hacemos promoción y eso repercute en todo: en el entorno, en los negocios, en la experiencia del peregrino. Debemos cuidarlo, porque el Camino es muy importante y un tema muy serio.
–¿Cuántos son actualmente en la asociación?
–Alrededor de 50 socios. Desde el principio tuvimos claro que había que colaborar con Galicia, pero son dos comunidades y se formaron dos asociaciones que trabajan de forma conjunta desde Fonsagrada. Allí se quedaron un poco parados, parece que ahora se están moviendo. La realidad es que cuando pasas a Galicia el cambio es notable: el Camino está mucho mejor cuidado. La Xunta apuesta fuerte, aquí el Principado no tanto y parecen dos mundos diferentes cuando eres peregrino. Por ello muchos llegan a Salas, la segunda etapa, y ves cómo te dicen que esto es muy duro. Obviamente la orografía cambia, pero los ves cómo marchan en taxi hasta Galicia porque esto no es lo que pensaban.
–¿Qué tipo de apoyo reciben desde las instituciones asturianas?
–Del Principado no hay ayudas. Ahora que ven cifras y movimiento quizá lo empiezan a mirar de otra forma, pero seguimos teniendo costes que muchas veces son inasumibles como asociación pequeña que somos. La limpieza depende de los ayuntamientos. Si estamos detrás de ellos responden, pero hay que insistir. A veces ni siquiera habría señalización en algunos puntos si no fuera por nosotros. Sin la asociación no tendríamos los números que tenemos porque la gente no quiere un camino descuidado.
–Recientemente han publicado un manual del peregrino. ¿Cuál es su objetivo?
–Sí, lo hemos elaborado entre todos, con consejos básicos: cómo preparar la mochila, qué peso llevar, respetar horarios, reservar con antelación… Porque el camino no es un paseo. Hay que prepararse, organizarse y saber qué hacer. El manual está pensado para eso, para orientar. Con tanta información suelta por ahí, hay mucha desinformación. Queremos que el peregrino sepa a lo que viene, y que disfrute más por estar bien preparado, porque si lo llevas todo bien atado y organizado es menos probable que abandones como muchos hacen.
–¿Cómo ha cambiado la percepción del peregrino a lo largo del tiempo?
–Muchísimo. Yo trabajaba en un hotel hace veinte años y un peregrino era algo raro, casi como un mendigo. Nadie sabía muy bien qué hacía ahí. Con el tiempo ha habido una evolución, una convivencia, y hoy es un fenómeno con impacto real. Pero insisto, el Camino es duro y no todo el mundo lo entiende. La masificación no ha llegado todavía, estamos lejos de ello creo yo, pero el volumen crece cada año. Y la gente quiere calidad, servicios y buena atención.
–¿Qué papel juega la digitalización en el Camino Primitivo?
–Es muy importante, sobre todo para los empresarios. Las aplicaciones que permiten hacer reservas o planificar etapas son muy útiles. El peregrino tiene que ser previsor y saber cuánto va a caminar porque luego pasa que no hay cama, no encuentran sitio, o reservan dos sitios por si acaso. Eso no se debe hacer. O por lo menos cancelar, porque el año pasado tuvimos muchas quejas de ese tipo por tener camas vacías.
–¿Qué impacto tiene el Camino en la economía local?
–Calculamos una media de 60 peregrinos diarios de abril a septiembre. Si sumas desayuno, comida, alojamiento, cena… las cifras no engañan. El Camino es gasto. Y si no se gasta, no hay Camino. Los servicios, las mejoras y las comodidades han contribuido al aumento de peregrinos. El Camino sin eso no tendría estos números.
–¿Un mensaje para los peregrinos y para los empresarios?
–A los peregrinos, que lean el manual. Caminar requiere preparación. Y a los empresarios, que se animen a unirse, que cuantos más seamos, más fuerza tenemos, más presión podemos hacer a la administración y más promoción. Y, sobre todo, que cuiden al peregrino. El recurso del camino es algo muy serio. Porque el peregrino está hoy y puede volver a estar mañana.
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