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El 30 de abril de 1883, en el número 23 de la calle Magdalena, nació el socialista ovetense Indalecio Prieto, «un luchador por la democracia, por recuperar el régimen de libertades que teníamos en este país, reuniéndose con rivales políticos como Gil Robles, con partidarios de la monarquía, firmando en el 48 el llamado Pacto de San Juan de Luz para recuperar las libertades en este país y además también haciendo un gran trabajo desde México por todos los exiliados», le describió el portavoz socialista, Carlos Fernández Llaneza, en el homenaje organizado frente a su casa natal. Un político al que la Corporación municipal decidió otorgar una calle en 1984 –con los votos del PSOE, Alianza Popular y el Partido Comunista– y «años después, con Alfredo Canteli, se le quitó». Y así seguirá, ya que la iniciativa para reconocerlo de nuevo, votada ayer en la comisión de Economía e Interior, se frenó con los votos del PP y Vox.
«Es de justicia que Oviedo tenga un espacio que haga memoria de este hombre, de este gran socialista, de este gran político de España, que dedicó su vida a trabajar por España y que hablaba siempre de España con gran nostalgia y con gran amor», defendió Llaneza para alegar su petición de darle una calle o un reconocimiento en el espacio público en el callejero ovetense. «Frente a este sectarismo del equipo de gobierno del señor Canteli, el gobierno municipal de Gijón, un gobierno recordemos también de derechas, con una coalición del PP y Foro, acaba de bautizar un espacio verde en el barrio de Pumarín a petición de la sociedad civil y las entidades civiles con el nombre de Ángeles Flórez Peón 'Maricuela', la última miliciana», apoyó el también edil Jorge García Monsalve.
Poco después, el grupo municipal de Vox argumentó su rechazo en que esta iniciativa «responde a una estrategia de reescribir el pasado de forma sectaria por parte de la izquierda». Su portavoz, Sonsoles Peralta, Indicó que su vida política y profesional «no estuvo vinculada a Oviedo, sino a Madrid y Bilbao, y que «sus acciones tuvieron consecuencias nefastas para Asturias y para España al ser uno de los instigadores de la Revolución de 1934».
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