El Principado restaurará las vidrieras de la Catedral «lo antes posible» para culminar el plan director

En San Salvador el círculo se cierra continuamente, como un engranaje de precisión. En ese sentido, la última obra cumplida del documento rector de la Gran Basílica Metropolitana, firmado en 1996 por los arquitectos Jorge Hevia y Cosme Cuenca, fue la de la rehabilitación de la capilla de Los Vigiles, que finalizó hace justo un año tras una inversión cercana a los 300.000 euros y que le ha devuelto su brillo blanco sobre la piedra desnuda original. Si bien no se había podido inaugurar oficiosamente por la pandemia, ayer el artista Miguel Ángel Lombardía hizo los honores durante el estreno de su exposición 'El Salvador y los doce apóstoles'. Una colección de 65 cuadros en clave expresionista inspirados en la obra de El Greco, y comisariada por Gabino Busto Hevia, que permanecerán instalados entre Los Vigiles y la sacristía hasta el próximo 31 de diciembre para celebrar el «cumplesiglos» del milenario monumento.

Para León, afirmó durante la presentación, «1.200 años son motivo suficiente para pararnos y reflexionar sobre lo que tenemos los asturianos y su importancia, y para que en ella sigan teniendo lugar acontecimientos como este. Es un privilegio». Más, destacó, en Los Vigiles. «La última capilla intervenida del plan director y ha quedado magnífica. Estamos ya a las puertas de dar por concluida esa restauración integral y ahora lo que toca es disfrutar de ella, la Catedral de Oviedo es pionera en España por la ejecución de su plan director». Ahora, reiteró, «hay que animar a la gente a que se acerque, porque estamos ante una celebración fundamental para los asturianos».

No en vano, la urgencia de reparar las vidrieras la puso de manifiesto nuevamente el deán del Cabildo Catedralicio, Benito Gallego, al manifestar que «están ya muy deterioradas». En sus palabras, después de aprovechar para felicitar al artista por la muestra y la «colaboración», y agradecer el «apoyo» del Ayuntamiento y el Ejecutivo regional, «la actuación se fue dejando porque con el plan director elegíamos aquello que urgía más e íbamos priorizando, no porque ellos no quisieran hacerlo». Eso sí, sentenció, «sigue ahí pendiente».

Tras él, el edil de Turismo, Alfredo García Quintana, quien excusó la ausencia del alcalde, Alfredo Canteli, por encontrarse en otro compromiso, alabó los «los inimitables atractivos y tesoros del templo» como la Cámara Santa y las reliquias, la campana 'Wamba' (las más antigua del planeta en funcionamiento) o el panteón de la monarquía asturiana. «La Catedral es un lugar único y sagrado que lleva doce siglos acogiendo fieles y peregrinos, un auténtico tesoro que queremos dar a conocer de acuerdo con el Cabildo y absoluto respeto a sus criterios».

Por eso, concluyó García Quintana, «este aniversario es una oportunidad única para promocionar y atraer visitantes». «Un turismo de calidad alejado de la masificación», que busque ese «rigor histórico que nos entronca con las raíces y es valorado por un turista culto y sensible», determinó el popular.

Todo, mientras los fieles del arte sacro comenzaban a llenar Los Vigiles. Para Lombardía es un «orgullo» estrenar el lugar «porque no se había inaugurado esta preciosa capilla recién restaurada». Dejó las explicaciones de su obra para el comisario, quien habló de un «diálogo» artístico entre el Greco y el propio Lombardía, y se limitó a celebrar la anécdota que pesa sobre la roca de la capilla. «Tenemos la suerte de que los 'herederos' del obispo Vigil de Quiñones no se pusieran de acuerdo para policromarla. Está sin pintar y quedará así para siempre como un hito de la Catedral». El color, en su obra.

Las cinco colecciones que componen la muestra, con trece cuadros cada una en la que siempre aparece Cristo en medio rodeado de sus apóstoles, son solo una pequeña parte de los más de doscientos dibujos que creó el pintor, divididos en veinte series que irán viendo la luz paulatinamente para conmemorar el aniversario de San Salvador.