«Para salir de la crisis los políticos necesitan humildad y atraer talento»
El consultor Íñigo Manso destaca las fortalezas del Principado en turismo e investigación para afrontar la recuperación económica
JUAN CARLOS ABAD
OVIEDO.
Miércoles, 15 de abril 2020, 01:00
Humildad, alejarse del partidismo, agilidad, un ojo puesto en «apagar fuegos» y mirada larga a proyectos que trasciendan a los líderes políticos más allá de los próximos comicios. Esos cuatro ingredientes forman parte de la receta que el consultor de Indra-Minsait, Íñigo Manso propuso ayer en una charla por videoconferencia auspiciada por la Cámara de Comercio de Oviedo y su presidente, Carlos Paniceres, y que tuvo como moderadora a la jefa del área de Internet de EL COMERCIO, Cristina Tuero.
Porque, bajo la premisa de la 'Transformación de la transformación', título del encuentro virtual, el experto en consultoría cultural dejó claro que lo que el coronavirus ha acelerado para el tejido productivo es aquella promesa aplazada de innovación que nunca se dará y que hay que revisitar y revisar en la emergencia de la crisis global, regional -en el Principado- y a nivel personal. Transformar aquello que pensábamos transformar.
A preguntas de la audiencia, Manso respondió que los líderes de hoy, sin respuestas ante el COVID-19, necesitan «humildad» para reconocer que no dan con la tecla aunque esa cualidad sí la destacó en el presidente del Principado, Adrián Barbón, que no solo le parece «un hombre humilde» sino con un demuestra un alto grado de receptividad. «La segunda competencia es la transversalidad. No puedes verlo solo desde tu gobierno o de tu partido. Necesitas juntar los mejores talentos independientemente de donde sean», agregó.
En cuanto a la agilidad para «generar procesos» que «den respuesta al mundo que está viniendo» descendió al particular de la justicia. «La justicia si no es rápida no lo es. Digitalicémosla, tenemos las herramientas y no se hace por un problema de voluntades».
Y respecto a las respuestas inmediatas reconoció que los líderes políticos necesitan «apagar fuegos ahora. Pero no mañana, ahora», y a su vez con las dificultades propias del juego político ser capaces de «crear el tejido productivo que perdure durante muchos años». En el mismo sentido aseguró que la administración necesita desarrollar «un nivel de empatía extraordinario» para ponerse en el lugar de autónomos, pymes y trabajadores. Llegando a plantear que esta crisis es un momento ideal para bajar impuestos.
Paniceres mensuró la magnitud de la crisis con la «consciencia» de saber a lo que «nos enfrentamos». «No es ser pesimista, es ser realista. Saldremos de ello cuando abordemos las soluciones con agilidad y apostando por la innovación».
«Como un calcetín»
Con más de 17.000 fallecidos en apenas un mes y las obligaciones impuestas por el confinamiento, Tuero inquirió a Manso acerca de una de esas transformaciones pendientes y que se han aceptado por la fuerza de los hechos: el teletrabajo. «¿Se va a convertir en una herramienta que aporte además en términos medioambientales o sanitarios?». Manso puntualizó que lo que tenderá a desaparecer es el modelo «presencial en el que no me voy hasta que no se va el jefe, más propio del siglo XIX y basado en la desconfianza». «Somos conscientes del gasto en polución, en horas perdidas y en cansancio que se da en las grandes ciudades al acudir al trabajo todos a la vez. Flexibilicémoslo», agregó.
De entre el público, José Luis Álverez Almeida, presidente de Otea, preguntó acerca de la visión de Manso sobre el sector turístico asturiano. Un rubro que apareció en la charla varias veces como una de las potencialidades de Asturias. El experto apuntó a un turismo de alto valor añadido, en mercados lejanos pero emergentes como Sudáfrica o Nigeria a los que ofrecer gastronomía y cultura más allá del «sol y playa» meridionales.
«A la Universidad hay que darle la vuelta como un calcetín», agregó Manso. «Hay que desterrar la endogamia y apostar por otro modelo de educación», indicó en aras de que en Asturias haya una titulación, «la que sea, pero la mejor del mundo» con vistas a generar economías de aquí a cincuenta años. «Investigación sobre el agua, neurocienciencia, turismo, tecnología agroalimentaria», enumeró sobre los sectores con potencia en la próxima revolución industrial que se avecina.