Alaska y Mario reviven la Movida en Oviedo

El espíritu de la Movida sigue muy vivo. Así se lo demostraron ayer a Oviedo, Fangoria, encabezado por 'Alaska', y las Nancys Rubias, con Mario Vaquerizo, quienes lograron llenar el Auditorio Príncipe Felipe en su visita a las fiestas de San Mateo. Fueron, sin duda, una de las actuaciones más esperadas del programa y los ovetenses dejaron claro a estos adalides del 'new wave' patrio que tenían muchas ganas de volver a los sonidos de los años 80, agotando todas las localidades a principios de mes.

«Es una pena que no haya más sitio», lamentaban algunos curiosos que tuvieron que quedarse fuera. El show estaba programado para las nueve en punto y aún no habían pasado ni dos minutos de la hora, cuando el público se arrancó con un aplauso a apresurar a los artistas. El plan surtió efecto y apenas unos segundos más tarde las Nancys Rubias hicieron su aparición en el escenario. Fue el teclista quien introdujo 'Me duele el corazón de verte tanto' para que en el segundo compás apareciese Vaquerizo en escena. El Auditorio estalló. El artista sorprendió a todos con un modelo a pecho descubierto color carne con adornos plateados, a juego con su cabello plateado. No tardó en subirse a un altavoz para conectar con el público. «Es un placer volver a casa», dijo en referencia a la cantidad de veces que ha actuado sobre los escenarios carbayones. Las Nancys no dejaron ni un compás de respiro. El punto álgido de su actuación se alcanzó con el tema 'Yo si bailo'.

Después de cuarenta intensos minutos y un breve cambio de 'look' al escenario, Fangoria hizo finalmente su aparición apoyados por un video de introducción combinado con ritmos electrónicos. La ovación fue desmesurada. En ese momento apareció 'Alaska', quien tras la primera canción se deshizo en halagos al público por su asistencia: «Sabemos que es muy difícil acudir en estas circunstancias». Arrancó con ganas, pero tuvo que parar por un fallo de sonido. Un cuarto de hora de pausa que no llegó a enfriar al público ni a Fangoria, que de ahí al final del show, transformaron el Auditorio en un pequeño y casual reducto, donde la Movida carbayona se mantuvo más viva que nunca.