«El Campo es el lugar idóneo e ideal para comer el bollo de San Mateo»

Día grande de las fiestas de San Mateo y el Campo de San Francisco se llenó. Centenares de ovetenses recuperaron la tradición de comer el bollo a lo largo del prau y entre ellos se encontraba el matrimonio formado por Roberto Pravia y Marifé Suárez. Ataviados para la ocasión con el gorro de las fiestas, pusieron a su perro 'Lucas' el pañuelo azul y brindaron con vino porque «presta volver a recuperar las tradiciones» tras los momentos más duros de la pandemia.

Dos años llevaban los ovetenses sin comer el bollo por todo el Campo. En 2021, y por culpa de la pandemia, solo lo pudieron degustar en las casetas hosteleras y en 2020 solo se pudo recoger en la plaza de España. En esta ocasión, sin embargo, los asiduos a la cita volvieron a desplegar los manteles por las zonas verdes tal y como manda la tradición. «Estamos disfrutando de un día de lo más relajado con una comida estilo picnic», subrayó Carlos Jaramillo; mientras que su amiga María Isabel Vélez se estrenaba en la cita. «Llegué de Venezuela hace tres años y en 2019 no conocía las costumbres de Oviedo. Es por ello que hoy hemos cogido el bollo y la sidra en plaza de España y hemos venido aquí a celebrarlo». En total, la SOF repartió 2.500 bollos y botellas de sidra.

Asimismo, el pequeño Carlos Ovín se estrenó en el día de San Mateo. Tiene ocho meses y el resto de la familia degustó el bollo acompañado de una tortilla de patata, unas casadielles y una tartaleta. «Es una tradición que vengamos a comer aquí cada 21 de septiembre», añadieron mientras el matrimonio formado por María Jesús Rodrigo y Tomás Álvarez, que señalaron que el «Campo es el lugar idóneo e ideal para comer el bollo de San Mateo y aquí venimos a disfrutar del día».

Entre los que asistieron al Campo también hubo familias que llevan juntándose «más de cincuenta años», como la formada por los Villanueva, Martínez, Lorenzana y los Rivas, que siempre comen el bollo al lado del paseo del Bombé. Hasta allí acudió Emi Rivas a las doce del mediodía para coger el sitio y después fue llegando el resto del grupo. A las dos ya disfrutaban de los manjares típicos de cada 21 de septiembre.

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