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Un espectáculo «con mucha perspectiva histórica»
Rodrigo Cuevas reivindica los chiringuitos, sustituidos por las casetas hosteleras en San Mateo, durante el concierto en el Auditorio
ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Lunes, 13 de septiembre 2021, 00:18
Arrancó el concierto lejos del escenario, desde las escaleras de acceso a la Sala Principal del Auditorio Príncipe Felipe, y tan expectante estaba el público que reinó de repente el silencio. Duró poco. Cuando Rodrigo Cuevas avanzaba por los escalones pidió un fuerte aplauso a los asistentes, aquellos que le acompañaron un San Mateo más y entre los que se encontraban su madre y su abuela. «Como si fuese la mismísima Rocío Jurado recién resucitada», animó a todos para soltar esas palmas. Y desde entonces los más de ochocientos asistentes se volcaron con él. Era lo previsible, es uno de los artistas que agotó las entradas.
El público gritó como «nuestras abuelas», comparó, durante las canciones y le acompañó en estrofas de su tercer espectáculo, titulado 'Trópico de Covadonga' compuesto por «temazos» como 'Muerte en Mortilleja', 'Arboleda bien plantada', 'Xiringüelu' o 'El día que nací yo'.
«Tenía muchas ganas de venir», confesó. Tras tres años, el ovetense volvía a actuar en las fiestas de la capital. La última vez fue en la plaza de la Catedral. Vuelve el año en el que «quitan los chiringuitos sociales de esta maravillosa ciudad». «Es un error como la copa de un pene; ahora se enriquecen solo unos pocos», reivindicó. Unas palabras que fueron aplaudidas por el público, quien también le apoyó cuando criticó que quieren «destruir» el asturiano. Una lengua que él siempre valora. «Son llingües riques», celebró para a renglón seguido decir que el folclore «da mucha perspectiva histórica».
Con él se rememoran las canciones de los antepasados. «Lo importante es que se siga cantando en las cocinas, patios y fiestas», dijo al público tras ofrecer, acordeón en mano, 'Al pasar el puerto' con Gelita del Cabanón.
No fue la única «sorpresa» en las casi dos horas de recital. Pasado el ecuador contó la historia de 'Rambalín'. Nacido en Cimavilla (Gijón) en la década de los años veinte, era «maricón de nacimiento». «Se travestía» y fue asesinado en 1976 «en su propia casa» por su condición sexual, recordó a los asistentes. Algo que este verano se ha repetido en A Coruña con el fallecimiento de Samuel Luiz. «Nos asesinan por las calles y el único arma que tenemos es no callar». Animó a denunciar cada agresión para que se haga justicia, esa que no tuvo 'Rambalín', añadió para criticar que en el Congreso hay «cincuenta diputados fascistas».
La montera picona fue protagonista del 'outfit', completado con madreñas y la falda del traje típico asturiano de color azul.