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Miles de ovetenses acompañaron a la Virgen de la Soledad, con manto negro, en su peregrinar de dolor por la muerte de su hijo Jesús. Con un corazón atravesado por un puñal como estandarte, la Real y Trinitaria Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción partió a eso de las doce y media de la mañana de la iglesia de San Isidoro el Real con un sol radiante que, al menos durante la mañana, presagiaba la luz de la Resurrección del Hijo de Dios el Domingo.
La salida congregó a multitud de personas, fieles y turistas, que observaban con respeto el paso de la Señora por la plaza del Ayuntamiento, acompañada por cofrades, 19 mujeres con mantilla y peineta de riguroso luto y el sonido magnífico de la banda de la Unión Musical del Principado, que estrenó durante la procesión tres piezas para la ocasión: 'Molitva' (plegaria en ucraniano), compuesta por el maestro Pacheco y que sonó en la plaza del Paraguas; 'La esperanza de María', una marcha original que se escuchó por primera vez en Asturias, y 'Ave María', compuesta por el director de la banda Jesús Alberto Alonso Pacheco, en el regreso a la plaza del Ayuntamiento con la voz solista de la soprano Vanessa del Riego Ledo.
En el cortejo de la procesión cinco bomberos que flanqueaban el paso, autoridades militares y ninguna autoridad civil, pues la presencia de concejales en las procesiones de Semana Santa hasta ayer sábado ha sido inexistente o muy desapercibida.
La imagen de la Virgen de la Soledad, con un manto negro ribeteado con hilo dorado y corona de reina portaba la Cruz Fidelitas que le fue otorgada por el Arzobispo Castrense Manuel Suárez Peñalosa, recientemente fallecido y que en su día donó a la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Además, también portaba la medalla otorgada por los bomberos, el emblema de la Policía Local de Oviedo, cuyo comisario principal, Javier Lozana, acompañó a la Virgen y un fajín de general.
La marcha se prolongó por las calles del casco antiguo para volver a entrar en la plaza del Ayuntamiento por el arco de Cimadevilla y acercarse a la puerta de San Isidoro el Real donde, como no queriendo guardar a la Señora, los portantes bailaron durante un rato largo la imagen tras la interpretación del 'Ave María' y la lectura de los capítulos del Evangelio que correspondían al Sábado Santo.
Cerca de la una de la tarde y bajo el sonido del Himno de España, la Virgen de la Soledad descansó en la iglesia a la espera de la Resurrección.
A las doce de la mañana de hoy se celebrará la misa de Resurrección en la Catedral. Posteriormente, la Hermandad Sagrada de la Resurrección partirá con Cristo Resucitado de la Corrada del Obispo hasta la plaza de la Constitución, como broche de oro a la Semana Santa.
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