
Vanessa García y Alicia Bango, presidenta y vicepresidenta de Ssagar
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Vanessa García y Alicia Bango, presidenta y vicepresidenta de Ssagar
«También es arte crear comunidad»Vanessa García y Alicia Bango son dos pintoras apasionadas del arte y la cultura. En 2023 decidieron crear Ssagar, una asociación cultural donde todas ... las actividades tienen cabida para la integración.
–¿Cómo surgió la idea de fundar Ssagar?
–Vanessa García (V. G.): Conocí a Alicia hace ya varios años en exposiciones. Siempre tuvimos una conexión especial a través del arte, de la pintura, y compartíamos no solo técnicas y experiencias, sino también una sensibilidad parecida por lo social. Un día le propuse ir más allá: '¿Y si creamos algo que no sea solo para artistas? ¿Y si levantamos una asociación cultural abierta, diversa, que acoja a cualquiera que tenga ganas de expresarse o simplemente de sentirse acompañado?'. Quería algo que sumara, que no excluyera a nadie.
–Alicia Bango (A. B.): Para mí fue casi natural decir que sí. Yo ya había formado parte de otras asociaciones, pero en esta sentí algo diferente desde el primer momento: aquí había verdadera vocación de servicio. No había ningún interés económico detrás, todo nacía desde el voluntariado fuera cual fuera nuestro cargo. Fue muy importante para mí ver eso. Da igual si eres presidenta, socia o recién llegada, lo que queremos es que todo el mundo tenga su lugar, sin jerarquías.
–¿Cómo la pusieron en marcha?
–V. G.: Complicado, como todo inicio. Empezamos a buscar espacios, a contarle a la gente qué queríamos hacer... Al principio, cuesta. Muchas personas no entienden de entrada que algo pueda hacerse solo por vocación. Pero poco a poco, empezamos a tener apoyo. El boca a boca funcionó y aquí seguimos dos años después de la inauguración.
–A. B: Lo que nos ayudó fue que éramos un grupo unido. Éramos tres amigas con el mismo objetivo: hacer cultura sin ánimo de lucro. Nos organizamos bien, sabíamos a dónde queríamos llegar. Invertimos tiempo y energía sin esperar nada a cambio, solo por ayudar. Porque lo que hacemos tiene un fuerte componente social, y eso nos sostiene. Por eso sigo aquí, a pesar de haber pasado por otras asociaciones. esta tiene alma y por ello sigo en ella.
–¿Qué tipo de actividades ofrecen?
–V. G.: Es muy variado. Desde clases de pintura, que es nuestra raíz, hasta talleres de guitarra, baile, excursiones culturales, actividades de expresión emocional... Algunas actividades nos las pide la gente, otras se nos ocurren a nosotras. Nos adaptamos mucho a lo que el grupo necesita en cada momento. Si alguien nos dice: 'Oye, ¿por qué no hacéis esto?', respondemos '¡Pues venga, lo hacemos!'.
–A. B.: Y siempre después de las actividades, nos tomamos un café. Parece un detalle, pero no lo es. Ese ratito final es un espacio para compartir, para hablar, para reír. Tenemos personas mayores, incluso de 90 años, que estaban muy solas y que ahora se sienten acompañadas. A veces, eso es más valioso que cualquier terapia. Eso también es arte, crear comunidad.
–¿Con qué asociaciones colaboran actualmente?
–V. G: Con Afesa, que trabaja con salud mental, y con Botón, con asociaciones centradas en la expresión emocional y la inclusión. Siempre estamos abiertas a colaborar. Nos encantaría, por ejemplo, hacerlo con la ONCE. Creemos firmemente en la arteterapia, y estamos convencidas de que para pintar no hace falta ver. El arte está en la experiencia, no solo en lo visual. También nos encantaría colaborar con asociaciones que trabajan con personas con Alzheimer. Imagina lo que puede significar una sesión de pintura adaptada para una persona que empieza a perder sus recuerdos. El arte puede ser una llave.
A. B.: Nosotras recalcamos siempre la integración y la diversidad social. Esa es la esencia de Ssagar. Vivimos en una sociedad muy individualista, y aquí tratamos de abrir puertas, de conectar. Además no solo se trata de integrar sino también de abrirnos a que todo el mundo pueda participar en la asociación. Aquí lo que nos diferencia de otras asociaciones es que somos muy abiertos no nos ceñimos a un solo perfil sino que todo tiene cabida porque no buscamos rendimiento económico. Aquí todo es altruista y lo mejor es ver cómo la gente nos apoya y se involucra en este proyecto tan amplio que por ende lleva mucha más dedicación.
–¿Qué hay que hacer para participar?
–V. G.: La entrada es libre. Algunas actividades son gratuitas, otras tienen un pequeño coste, pero no hace falta ser socio para participar. Queremos que nadie se quede fuera por motivos económicos o burocráticos. Si quieren hacerse socios pueden por una cuota anual, pero no es obligatorio.
A. B Tenemos actualmente entre 50 y 60 socios de edades y culturas muy diversas. Y ojalá sigamos creciendo, pero siempre con la misma filosofía. Aquí todo el mundo tiene un hueco. La pintura fue nuestro punto de partida y es nuestra seña de identidad, pero todas las actividades son igual de importantes. La idea es que la cultura sea un espacio de acogida, no de élites.
–¿Reciben apoyo institucional?
–V. G.: Sí, el Ayuntamiento y algunos centros sociales nos ceden espacios para realizar actividades. Lo agradecemos mucho, pero también es cierto que necesitamos más visibilidad, más facilidades. A veces proponemos talleres o proyectos y nos dicen que no hay presupuesto o que no encajan.
A. B.: Nosotras no pedimos grandes inversiones ni subvenciones millonarias. Solo un poco de margen para seguir haciendo lo que la gente nos pide. Porque lo que hacemos no es solo entretenimiento; es inclusión, es salud mental, es acompañamiento. Más visibilidad sería clave.
–¿Cuál es su objetivo a corto y largo plazo?
–V. G.: Seguir creciendo, consolidarnos como un espacio de referencia en Oviedo. Hemos hecho decenas de actividades en estos dos años y tenemos muchas ideas más. Nuestro sueño es que, cuando alguien llegue a la ciudad buscando un lugar donde conectar, nos encuentre. Que sepan que existimos y que aquí hay un lugar para ellos.
–A. B.: Yo pienso mucho en las personas que llegan a Asturias desde otros lugares, incluso dentro de España. No solo los inmigrantes de fuera del país, también quien viene de otra comunidad a trabajar y se encuentra solo. A veces pasan meses hasta que conocen a alguien. Si desde un centro social, un médico o un vecino les hablan de Ssagar, pueden integrarse mucho antes. Ese es un buen objetivo, ser ese punto de encuentro. A corto y a largo plazo y por ello trabajamos día a día dando nuestro tiempo, porque no olvidemos que somos voluntarias.
–¿Qué proyecto tienen en mente?
–V. G.: Uno de mujeres y todos los obstáculos a los que se enfrentan.
–A. B.: Uno de caligrafía y cultura japonesa en lo que soy experta.
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