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Un primer plano de una de las tigresas de Bengala.
Dos tigresas felizmente jubiladas

Dos tigresas felizmente jubiladas

'Zita' y 'Diana' llegaron hace doce meses al zoo El Bosque tras pasar 19 años encerradas en un cajón de un camión de circo de dos metros cuadrados

CECILIA PÉREZ

Domingo, 25 de agosto 2019, 01:30

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Hace justo un año llegaban al núcleo zoológico El Bosque dos tigresas. 'Zita' y 'Diana' fueron acogidas en las instalaciones de San Esteban de las Cruces para pasar los últimos años de una vida que no les fue agradable. Pasaron 19 años encerradas en el cajón de un camión de circo de dos metros cuadrados. Solo salían de ese habitáculo minúsculo para realizar sus números circenses. Una vez que llegaron a la vejez, el circo se deshizo de ellas. El problema llegó cuando nadie quiso hacerse cargo de estos animales. Su envergadura, su avanzada edad, lo complejo de mantenerlas en unas instalaciones adecuadas y lo caro que salen sus cuidados jugaban en su contra. Solo el zoo de Oviedo dio el paso adelante y convirtió el antiguo estanque de sus instalaciones en lo más parecido a un hogar para estas tigresas.

Los más de 400 metros cuadrados en los que residen 'Diana' y 'Zita', en la actualidad, se han convertido en el lugar en el que disfrutan de su 'jubilación'.

Doce meses llevan residiendo en El Bosque. Una aventura que para los responsables del zoológico ha supuesto toda una lección. «El compromiso de tenerlas con nosotros fue muy grande. No hay que olvidar que son tigresas y eso nos generó mucha tensión», relata Gonzalo Rubio, responsable del núcleo zoológico. Un estrés que le pasó factura. «Al día siguiente de su llegada, sufrí una subida de tensión», recuerda su cuidador.

Nadie en el zoo sabía cómo iban a reaccionar estas felinas de gran tamaño y tampoco contaban con una instalación adaptada a las medidas de seguridad que exige la tenencia de este tipo de animales. De hecho, el zoo inició una campaña de 'crowfunding' para recaudar dinero con el objetivo de instalar una mampara de seguridad. «Logramos recaudar los 9.000 euros y ya contamos con los cristales blindados acordes para las tigresas».

Hubo más adaptaciones. Gonzalo Rubio tuvo que sacarse una licencia de armas. «Es una recomendación que contempla la ley de parques zoológicos y yo nunca me había visto en esa situación». Hoy confiesa que pasa más tranquilo al lado del armero, pero que le costó acostumbrarse. «No es lo mismo tener que disparar una cerbatana con analgésicos que un arma de fuego», puntualiza Rubio.

Con todo, lo importante es que estas dos tigresas de Bengala están cuidadas y atendidas. «Están mejor que cuando llegaron», resume su cuidador. 'Zita' llegó con una displasia de cadera por problemas de musculación y alimentación de la que ya está recuperada. «Ya camina y se da grandes paseos para su peso y envergadura». 'Diana' este año tuvo que ser operada de un cáncer de mama que desgraciadamente parece haberse reproducido. «Tiene un bulto en su otra mama y tenemos que esperar para ver cómo evoluciona». Aún así, ambas gozan de un buen estado de salud. Cada una de ellas consume al día cuatro kilos de pollo y ternera. Un desembolso que, junto al resto de cuidados, supone al zoo una media de 800 euros al mes. Un gasto compensado por la lección de dignidad y respeto hacia los animales que fomenta El Bosque.

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