«Llevo 32 años en el barrio y no pienso moverme de aquí»

Eloína González vivía hace más de treinta años en la zona del campus de El Milán. Su marido, Jorge García, trabajaba para una marca de dulces que le hacía «viajar constantemente». Por este motivo, ella conocía la ciudad que, poco a poco, empezaba a crecer ya por aquel entonces. Así, se percató de un pequeño local en el número 46 de la calle Vázquez de Mella, no muy a mano precisamente de la vivienda familiar. «Pero me dio igual», recuerda González. Y tomó una decisión que, hace ya treinta y dos años, acabaría convirtiéndola en una vecina más de Vallobín.

La frutería Eloína también cuenta con servicio de charcutería y panadería por una sencilla razón: «La ubicación en la que estamos es totalmente de paso». Un ir y venir constante. Centenares de vehículos y personas circulan y caminan por la vía que divide el barrio de Vallobín en su zona antigua y su zona nueva.

González lleva más de tres décadas viendo «cómo cambiaba el barrio». Cuando llegó, «La Florida no existía, apenas había edificios hacia la zona norte y era un barrio obrero», recuerda. Ahora, asegura que «es el mejor barrio de Oviedo para vivir». No tiene ninguna duda al respecto, desde que se mudó «hace unos años» a la zona. Desde Valentín Masip, no tiene en mente nuevas mudanzas: «Llevo 32 años en el barrio y no pienso moverme de aquí».

Para la dueña de la frutería, las ventajas de residir en este barrio ovetense «son infinitas». Pero enumera algunas: «Tenemos todos los comercios necesarios para vivir, además de centro de salud, centro social, parques para niños, etcétera». Pero si algo bueno tiene la zona es «sin duda, su gente». «Aunque seamos parte de Oviedo, es como un pueblo familiar, nos conocemos todos», afirma González.

Una gran familia, la de los clientes, que ha permitido que Vallobín, lejos de encoger, acabe, casi, formando un gran barrio con La Florida.

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