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José Manuel Gutiérrez, en su establecimiento.

Una vida en torno al cemento

Situado a menos de diez kilómetros de Oviedo, Tudela Veguín es el núcleo central de la parroquia de Box, con unos 650 habitantes

COVADONGA DEL NERO

Lunes, 26 de septiembre 2022, 00:57

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A apenas son diez kilómetros -en línea recta, y caminando-, se encuentra la parroquia de Box. Aunque así se llama la parroquia, San Julián de Box, su núcleo central, y con más habitantes, es Tudela Veguín, para muchos también el más conocido. Así, a unos veinte kilómetros del centro de la capital asturiana -no llega a veinte minutos de trayecto en transporte público o coche-, el pueblo es uno de los mejor comunicados con Oviedo.

Su historia se remonta siglos atrás, cuando Tudela era el concejo al que pertenecía esta población, absorbida por el municipio de Oviedo en 1857. Por aquel entonces, Veguín era el nombre del núcleo más importante del concejo. Curiosamente, el causante del nombre que tiene hoy en día fue Renfe. En 1894, se creó el tramo ferroviario que unía Soto de Rey y Santana (Ciaño), por lo que, por su pasado, la compañía ferroviaria escogió este nombre para la nueva parada: estación Tudela Veguín.

Cuatro años después de la llegada del ferrocarril, con parada en la zona, en 1898 llegó el pilar importante del empleo y la prosperidad de la zona: la fábrica de cemento. Esta fue la primera factoría de cemento Portland de todo el país. Aprovechaban las minas de carbón -necesario para la elaboración del cemento- y la caliza. Precisamente se escogió esta zona por la cercanía de los yacimientos de caliza y hulla de la cuenca minera del Nalón. Históricamente, se creaba cemento gris, aunque ahora es la variedad blanca del mismo.

En la década de los cincuenta del pasado siglo, Tudela Veguín llegó a contar con 3.500 habitantes. Pero los cierres de Minas del Valle, que cerró a finales de los sesenta. Su población actual ronda los 650 habitantes, aunque cada vez queda menos gente «de toda la vida». Muchos de ellos llegaron a Tudela Veguín tras la guerra civil, de otras partes de España, y ya llevan más de 70 años viviendo en la zona.

Además, cuenta con la asociación de vecinos más antigua de Oviedo. En 1978, se creó la asociación vecinal San Julián de Tudela Veguín. Cuentan con centro social y de salud, biblioteca, farmacia, colegio público, iglesia parroquial y hasta cuartel de la Guardia Civil.

«Tenemos de todo, pero la población ha disminuido»

Comenzaba la llegada de gentes de Extremadura, Andalucía o Galicia, tras la guerra civil española, cuando Paulina Gutiérrez decidió emprender en su propio negocio, una tienda de ultramarinos, tan importante y necesaria en aquel momento. De esto hace ya cerca de 75 años, aquella mujer escogió el camino de emprender, tras también haberse dedicado al estraperlo. «Eran otros tiempos y mi abuela, en cuanto pudo, abrió la tienda de alimentos», explica su nieto, y actual dueño del negocio, José Manuel Gutiérrez. Entonces, Paulina escogió Tudela Veguín porque «vivía aquí y ya veía cómo iba creciendo el pueblo con la fábrica de cemento y gente que venía a trabajar aquí y se mudaba a la zona».

Ahora, pasado el tiempo, Gutiérrez dice que «viví toda la vida dentro de esta tienda» y que puede hablar de la zona «desde el conocimiento». Considera que «la población ha disminuido muchísimo, antes había mucha más gente y, por consiguiente, vida». El ambiente y la cantidad de vecinos es clave para comprender que ahora «tenemos de todo: bares, tienda de alimentación, farmacia, centro de salud, etcétera», pero «falta gente».

Hay muchas viviendas vacías, que «no encuentran nuevos inquilinos». Para Gutiérrez, vecino de siempre, «la gente prefiere el ruido de las ciudades a la tranquilidad de los pueblos», y por ello, quienes viven en Tudela Veguín no dudan en que «su mayor ventaja es la calma y la tranquilidad, rodeados de naturaleza». Las comunicaciones con los núcleos urbanos son también un plus para los habitantes. «Tenemos tren, TUA y en poco más de diez minutos en coche estamos en el centro de Oviedo», explica el dueño de la única tienda de alimentación.

Algo que jamás tendrán las ciudades, y algo a resaltar para Gutiérrez, es «la cercanía de todos entre todos, nos conocemos, somos amigos, es un pueblo, a fin de cuentas». Un pueblo a «nada» de la capital asturiana, pero que pertenece a Oviedo «aunque a veces se olvide».

«La gente del pueblo vive y gasta dentro de Tudela Veguín»

Con apenas veintiún años, Aitor García Busto decidió adentrarse en el mundo del emprendimiento y abrir su propio local dedicado al estilismo. Bajo el nombre Busto Estilista, el joven lleva ya seis años ubicado en el número 116 de la calle Paulino García. Ahora, tras este tiempo y con la pertenencia a Tudela Veguín de su padre, puede hacer un balance, a pesar de ser el último negocio en abrir en el pueblo. «Decidí abrir porque, mientras muchos negocios han ido cerrando, creía que se necesitaba abrir aquí un local para poder cortar el pelo». En un entorno donde «la gente cada vez es más mayor y no conseguimos que se vengan nuevos vecinos, o al menos no suficientes para que lleguen más de los que se van». Aitor García Busto está «feliz» de vivir en la zona y de haber invertido en el mismo lugar.

«Es verdad que cada vez somos menos, pero la gente del pueblo vive y gasta aquí, nos conocemos de toda la vida y se nota que quieren ayudar a los emprendedores de la zona», explica el estilista. Tanto, que él es uno de los primeros que trata «de comprar siempre en comercio local de Tudela Veguín», en apoyo a sus vecinos. «La fábrica de cemento nos da bastante vida, aunque ya no sea lo que era hace años», añade el joven. «Entre nosotros, la cercanía y el cariño es enorme», explica como una de las ventajas. Porque, para él, «formamos parte de Oviedo, pero no tenemos nada que ver con la ciudad; aquí la vida es mucho más cercana y tranquila, sin el bullicio constante de la ciudad».

Pero formar parte de Oviedo también es una ventaja: «tenemos el autobús de línea, la estación de tren y la autopista a nada; podemos ir a la capital en apenas unos minutos siempre que se quiera». Algo que queda demostrado en que «tengo clientes que son de Gijón o alrededores». Al final, «hasta aquí se puede llegar muy bien, tiene buenos accesos y está cerca».

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