Vox colapsa el tráfico de Oviedo contra la gestión «negligente» de Sánchez

«Incapaz», «sectario» y «negligente». Con estos calificativos, los líderes regionales de Vox describieron ayer al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y a su gestión de la pandemia del coronavirus. Lo hicieron durante la manifestación, convocada en el ámbito nacional, que tuvo lugar en Oviedo, bajo el lema 'Caravana por España y su libertad'. Según fuentes de la Policía Local, asistieron 1.300 vehículos, mientras que la Policía Nacional los cifró en 650.

La formación decidió recorrer las céntricas calles de la capital asturiana en coches y motos, y con mascarillas, para así poder guardar la distancia de seguridad recomendada. Haciendo sonar los cláxones y llenos de banderas de España, los vehículos se dejaron ver desde las 11 horas en las calles aledañas a Uría, desde donde partió la marcha una hora más tarde. En la cabecera de la caravana iban el presidente del partido en Asturias, Rodolfo Espina; la diputada regional Sara Álvarez Rouco y la concejala del Ayuntamiento de Oviedo Cristina Coto, entre otros. Desde ahí, ascendieron hasta llegar a la plaza de América, donde dieron la vuelta para finalizar en la plaza de España, donde se sitúa la sede de la Delegación del Gobierno.

Mientras que la mayoría hicieron el recorrido en vehículos, otros lo efectuaron a pie. No faltó el ruido de caceroladas espontáneas y pancartas con mensajes como «Gobierno trilero, dimisión». «Esta es la caravana que convoca Vox para manifestarse en contra de un Gobierno que es sectario», señaló Álvarez Rouco. La diputada autonómica fue más allá y afirmó que el Ejecutivo de coalición «es el responsable de la mayoría de fallecidos» por la crisis del coronavirus. Además, insistió en que los españoles tienen derecho a salir a protestar contra el Gobierno durante el estado de alarma «y lo ejercen con todas las medidas de seguridad y de protección». También aseguró que la de ayer sería la única manifestación convocada por Vox.

No obstante, para la formación se trata de un estado de excepción encubierto, mediante el cual el Ejecutivo central «restringe los derechos y las libertades de los ciudadanos». Según Álvarez Rouco, «se están controlando las redes sociales e identificando a los asistentes a las caceroladas». Asimismo, afirmó que el plan de desescalada está hecho «a la carta de los separatistas y los nacionalistas». «Lo único que sabe hacer es una política de matonismo y de chantaje», apuntó.

A la llegada a plaza de España, cuando algunos vehículos aún no habían podido completar el recorrido, aumentaron los gritos de «Sánchez dimisión». Luego, se guardó un minuto de silencio y, a continuación, sonó el himno de España. Una de las asistentes fue María Roque, catalana pero residente en Oviedo desde hace 50 años. «Tenemos un Gobierno de porquería», exclamó. Acudió a la convocatoria con su marido, Manuel González, «para que nuestros hijos y nietos tengan un futuro». A su juicio, «este Gobierno no ha trabajado en la vida y no puede gobernar un país».