El coronavirus golpea la economía y acelera el cambio de modelo
Una crisis sobre otra. Cuando la industria se resiente, a la región comienza a faltarle oxígeno, este año además ahogada por una pandemia que deja hasta la fecha más de 4.000 parados y 38.000 asturianos aún en ERTE
Convocados en estas mismas páginas hace un año, también con motivo del Día de Asturias, al orden del día de asuntos que afectan al tejido social y productivo de la región, no han hecho sino sumarse nuevos asuntos. La pandemia ha agudizado unos, principalmente los relacionados con el sector industrial; y ha incorporado otros, como las dificultades económicas por las que atraviesan las pequeñas empresas y los autónomos.
Por aquellas fechas, y volvemos al 8 de septiembre de 2019, aún nos quedaba una cita más a las urnas, las cuartas generales en cuatro años. La formación del nuevo Ejecutivo no llegaría hasta enero pero, mientras, los compromisos con Asturias seguían acumulándose. Se volvió recurrente aquello de «el Gobierno está en funciones» como argumentario frente a la inacción. Bien sabe de ello la tramitación del estatuto para la industria electrointensiva. Lo que tras la marcha de los trabajadores de la entonces Alcoa parecía inminente, no fue así. Ya en enero de este año, la ministra de Industria -con funciones plenas- aseguró, durante su visita al stand de Asturias en Fitur, que estaría listo «en torno a un mes». Y fue cierto. Hubo un borrador -cuya último compromiso para aprobarlo habla de «antes de que acabe el verano»- que no hizo otra cosa que encender aún más los ánimos del sector.
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El presidente de Fade, Belarmino Feito, subraya que «a esta crisis coyuntural se suma una economía que comenzaba a dar síntomas de agotamiento». En su diagnóstico enumera «el impacto de la transicion energética con el consiguiente cierre de térmicas, los elevados costes energéticos que lastran gravemente la competitividad de la industria básica, electrointensiva y de grandes consumidoras, una de las tasas de actividad más bajas del país, un paro estructural y una fuerte carga impositiva sobre nuestro tejido empresarial».
Precisamente, ese necesario cambio del modelo energético está siendo todo menos brusco. El 30 de junio, las térmicas de Narcea y Lada, motor de cambio de Tineo, Langreo y sus alrededores, dejaron de estar operativas. La aprobación de proyectos que revitalicen estas áreas es asunto prioritario en la Consejería de Industria. Sin ir más lejos, se ha avanzado notablemente en la hoja de ruta de los Convenios de Transición Justa donde el suroccidente parte en cabeza.
Lo que años atrás parecía más un eslogan que era necesario colar en todos los discursos, empieza a materializarse en algo tangible. En su ayuda, y como aliado inesperado consecuencia de la crisis sanitaria, los 'fondos verdes' europeos. Antes de la pandemia, a España le correspondía 307 millones. Tras la aprobación el nuevo fondo 'Next Generation EU' rondará los 1.806 millones. Asturias se llevará una parte importante de la tarta si atendemos a la palabras del vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, quien, el pasado 14 de enero, citó a la región como destinataria «prioritaria». El coordinador de USO-Asturias, Juanjo Estrada, señala que «hay un antes y después de la pandemia, ahora la visión es distinta, global; saldremos reforzados si sabemos gestionar lo que tenemos entre manos».
Cuesta ser optimista. Quien más o quien menos ha padecido en primera persona o en su círculo íntimo las consecuencias económicas de la crisis. O está en paro, o se ha visto afectado por un ERTE, o ha tenido que prolongar el cese de actividad de su negocio. Asturias perdió en el segundo trimestre del año -los meses más duros del confinamiento- 16.300 ocupados, según la EPA. La campaña de verano ha dado cierto respiro, con notables mejoras en las cifras de desempleo. También la evolución positiva de las afiliaciones a la Seguridad Social. Queda por ver si la evolución epidemiológica favorece o no a consolidar esta situación. El secretario general de UGT, Javier Fernández Lanero, valora la puesta en marcha de los ERTE como medida para garantizar el empleo: «Trabajamos para evitar que las empresas, muchas pequeñas, cierren y por tanto que los trabajadores pierdan los puestos de trabajo. Lo hacemos a través del diálogo social y reflejándolo en la concertación social en Asturias».
En ese marco, la industria, como base de nuestra economía, de nuevo protagonista. Su modernización se lleva la mayor partida de dicho acuerdo. De los 640,2 millones de euros de recursos públicos que se movilizarán para materializar la Concertación para la Recuperación de Asturias, 193,1 serán para impulsarla. El secretario general de CC OO en Asturias, José Manuel Zapico, recalca que «Asturias necesita desarrollar una política industrial activa, alentada por la innovación. Pero también unos servicios públicos y una protección social fuertes; es necesario combatir la desigualdad, que tanto erosiona la democracia, con más cohesión e igualdad de oportunidades». En esta incertidumbre económica, con sus luces y su sombras, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) da cierto oxígeno. Al menos, entre lo malo y lo peor, nos situó en el primer grupo. Según sus cálculos, el PIB regional cayó un 20,7% en el segundo trimestre respecto al 2019. La media nacional fue más estrepitosa, un 22,1%.
Con estos mimbres toca encomendarse a un futuro mejor que está por llegar. De momento, el anuncio de nuevas inversiones de Arcelor y la reactivación de su horno alto A -aunque, en paralelo, su plan de ajuste de largos prevé la supresión de 200 empleos- , y los proyectos de otras compañías, como EdP, Iberdrola o Enagás, hacen albergar ciertas esperanzas.