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El secretario general de la FSA, Adrián Barbón, momentos antes del inicio del comité autonómico del pasado sábado. ÁLEX PIÑA

Una mayoría de críticos del PSOE asturiano no ve margen para hacer frente a Barbón

El desafío que supone retar al secretario general, la amenaza de una derrota estrepitosa y el riesgo de castigar las opciones del PSOE en las elecciones de 2019, principales escollos

Lunes, 30 de abril 2018, 04:04

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Una mayoría de críticos del PSOE asturiano no ve margen para dar la batalla a Adrián Barbón en las primarias para elegir al candidato a la Presidencia del Principado. Discrepando en muchos casos frontalmente con la política del secretario general de la FSA y su dirección, existe una amplia coincidencia respecto de que el escenario dista mucho de ser el idóneo para echarle un pulso, teniendo en cuenta distintos factores: el notable poder que acumulan Barbón y los suyos, la amenaza de una derrota estrepitosa en ese proceso interno y el riesgo de poner en peligro el resultado electoral del partido en los comicios autonómicos y locales de la primavera de 2019.

El comité autonómico que la Federación Socialista Asturiana celebró el pasado sábado en Oviedo fue bastante clarificador en este sentido. Los críticos acudieron al mismo con perfil bajo y ni siquiera cuestionaron el adelanto a junio de las primarias, inicialmente previstas para el otoño. Tampoco nadie planteó la posibilidad de concurrir a ese proceso con una candidatura alternativa ni puso en solfa el nombre de Barbón como potencial cabeza de cartel, mientras que los partidarios del secretario general le instaban públicamente a dar el paso.

La posición interna de los críticos, y así lo asumen cargos y dirigentes consultados por este periódico, es de clara debilidad. Así que el criterio más extendido es que, desde el punto de vista orgánico, toca guarecerse y esperar. Y que a estas alturas de la película, y después de toda la tensión de los últimos meses, el objetivo debe ser llegar al ciclo electoral de 2019 en las mejores condiciones posibles. Y eso pasa, en primer lugar, por no seguir dando carrete a la confrontación interna.

Nadie descarta que a última hora alguien decida dar el paso, pero el terreno es adverso

Hay varias razones que explican un posible repliegue. El esfuerzo de unidad para retener la Presidencia del Principado en 2019 y para conservar e incluso ampliar la hegemonía municipal socialista es una de ellas. Otra tiene que ver con la convicción de que confrontar no con un dirigente cualquiera, sino con el secretario general, supondría un desafío en clave interna de consecuencias impredecibles. «Si el candidato fuera otro, entonces habría que verlo, pero siendo el secretario general no tendría sentido ir al choque», razona un veterano cargo público.

Un argumento añadido, directamente vinculado con los anteriores, gira en torno a la amenaza de una derrota estrepitosa. Es un hecho que Barbón y su equipo cuentan con un control muy amplio de la actual estructura y que la mayoría que cosecharon en las primarias para elegir al secretario general -por encima del 60%- es ahora superior. Socialistas que en procesos anteriores apoyaron a Susana Díaz frente a Pedro Sánchez y a José María Pérez frente a Barbón ya han virado y se han aproximado a la nueva mayoría. Y otros que no han llegado a ese punto sí se han pronunciado a favor de no seguir ahondando en el conflicto y asegurar que se concurre a las elecciones del próximo ejercicio con un mínimo grado de unidad. Así que se da por sentado que las opciones de triunfo en estas primarias son casi nulas. «Y pocos están por la labor de dar la cara para que se la partan», apunta un dirigente local.

Que abunda en esta reflexión y opina que pocos cargos y dirigentes, salvo aquellos que se saben sentenciados, estarían dispuestos a 'mojarse' en defensa de una candidatura aparentemente condenada a la derrota. Máxime cuando hay por delante un proceso de conformación de candidaturas municipales donde la posición de los críticos podría complicarse en caso de volver a batallar con la actual dirección.

«Una candidatura alternativa tendría sentido en dos casos: si Barbón no se presentara o si se hubiera lanzado antes que la oficial, obligando a la dirección de la FSA a ir a remolque, pero en las actuales circunstancias no tiene lógica», matiza otro socialista que también cree que el secretario general debe hacer gestos de conciliación y acercamiento.

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