Rodrigo Rato, el ocaso de un hombre que llegó a estar en la cumbre

Tras estudiar con los jesuitas de Chamartín y comenzar sus estudios universitarios en el ICADE, Rodrigo Rato se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1971. Tres años después, en 1974, obtendría el máster en Administración de Empresas por la Universidad de Berkeley (California), y con posterioridad se doctoró en Economía a través de la misma Universidad Complutense.

Su actividad política comenzó en 1979. En las elecciones generales de ese año, fue candidato en representación de Alianza Popular por la circunscripción de Cádiz. Poco después, en 1980, accedió al Comité Ejecutivo de AP, y en las elecciones de octubre de 1982 consiguió por primera vez un escaño en el Congreso de los Diputados. Fue portavoz del grupo parlamentario popular desde 1989 hasta 1996, y también responsable del programa económico del Partido Popular desde 1985 hasta el año 2004.

En 1996, tras la victoria del PP en las elecciones generales, Rodrigo Rato fue nombrado vicepresidente segundo del Gobierno para Asuntos Económicos y ministro de Economía y Hacienda. Desempeñó ambos cargos hasta el año 2002, cuando fue nombrado vicepresidente primero y ministro de Hacienda, responsabilidades que ejerció hasta 2004. En su condición de ministro de Economía y Hacienda, desempeñaría funciones de gobernador por España en las juntas de gobernadores del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. También presidió, en el año 2002, el Consejo Europeo de Ministros de Economía para la introducción del euro.

En 2004 se incorporó al Fondo Monetario Internacional como director gerente, permaneciendo al frente de este organismo hasta el año 2007.

En 2008, y hasta su incorporación a Caja Madrid, fue senior manager director de Lazard, presidente del Consejo Asesor Internacional de Criteria y miembro del Consejo Asesor Internacional del Banco Santander.

Rodrigo de Rato fue también presidente ejecutivo de Caja Madrid, y también vicepresidente de Iberia y de la Confederación de Cajas de Ahorros (CECA) y consejero de Mapfre. A esas responsabilidades suma, además, las de patrono del Museo Thyssen-Bornemisza y vicepresidente de la Junta de Protectores de la Fundación del Teatro Real de Madrid.

Hasta 2014, Rato era y lo había sido prácticamente. En octubre de ese año empezaba su caída con la imputación por las 'tarjetas black' como expresidente de Caja Madrid y le imponía una fianza de tres millones de euros. Un mes después la Audiencia Nacional señalaría a Rato, al frente de Bankia entre 2010 y 2012, como principal emisor de las tarjetas b, aunque él había declarado que no era quién decidía.

Fue un mes aciago para el economista porque será expulsado del PP y del Santander. También en Gijón se le retiraría el título de Hijo Adoptivo que había recogido en 2011. Era la segunda ocasión en la que la Corporación gijonesa adoptaba un acuerdo similar, tras retirar en 2009, en este caso a título póstumo, las distinciones de Alcalde Honorario, Hijo Adoptivo y Medalla de Oro de la Villa concedidas a Francisco Franco, las dos primeras en 1939 y la última, en 1962.

En 2015, es detenido por otro delito de blanqueo de capitales y a finales de ese año el juez Andreu plantea que sea juzgado. Se sienta en el banquillo un año después y en 2017 es condenado a cuatro años y medio de prisión.

A pesar de su prolija e importante vida profesional y política dentro y fuera de España, Rodrigo de Rato se ha mantenido siempre muy vinculado a Gijón. A lo largo de toda su vida, visitó siempre con mucha frecuencia nuestra ciudad para disfrutar en ella de periodos vacacionales, sobre todo durante el verano. Pese a no haber fijado nunca su residencia aquí, ha ejercido de asturiano y de gijonés, declarando siempre su fuerte vinculación afectiva con la villa, puesto que todas sus raíces familiares se encuentran aquí. Una vinculación que fue correspondida en distintos momentos con distinciones a su trayectoria profesional, como las concedidas por la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón, en 2004, que le otorgó su Medalla de Oro; o la del Colegio de Economistas de Asturias, que le nombró Colegiado de Honor.

Sin embargo, tras sus problemas con la justicia prácticamente desapareció del panorama regional, siendo contadas las ocasiones en las que se le ha visto por el Principado y por Gijón, fundamentalmente por oficios religiosos.