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Charpentier y Doudna, en la Facultad de Biología con el catedrático Evaristo Suárez.
Master class con el futuro de la ciencia asturiana

Master class con el futuro de la ciencia asturiana

Las científicas premiadas compartieron su experiencia profesional con los jóvenes alumnos de la Facultad de Biología

JESSICA M. PUGA

Viernes, 23 de octubre 2015, 03:28

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No cabía un alfiler. La ocasión lo merecía. Los estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo no se perdieron ayer la visita de Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, ambas Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que sustituyó sus clases habituales. El cambio no les salió mal porque recibieron una auténtica master class de conocimientos con la que ahondar en las experiencias personales y profesionales de ambas científicas.

Una hora antes del inicio de la conferencia, la reducida sala habilitada para la ocasión ya estaba llena. La solución fue retransmitir la ponencia en otra estancia, más grande, situada en la planta superior y reservada por entero al público interesado, que en su mayoría asistía con las teorías de Charpentier y Doudna bien aprendidas.

Las científicas, francesa y americana respectivamente, están en Oviedo por su trabajo conjunto sobre una técnica de edición del genoma basada en las secuencias denominadas CRISPR. Y eso fue lo que trataron de explicar al numeroso público asistente, compuesto también por profesores. Cada una por turnos, hablaron de su experiencia, de cómo llegaron a formular su teoría y las aplicaciones médicas que ésta tiene.

En ningún momento pusieron en duda que estaban en una universidad o que estaban ya acostumbradas a exponer su teoría, consistente en repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente espaciadas. La prueba está en que se apoyaron de recursos técnicos en su explicación y que se ajustaron a los 20 minutos de que dispusieron.

Tres fueron los grandes problemas de la cita que vieron -y comentaron- algunos asistentes. El primero que la ponencia entera fuese en inglés sin traducción; otro, que los fallos técnicos impidieron que los comentarios de Charpentier y Doudna se comprendieran fácilmente y, por último, la imposibilidad de tenerlas enfrente y poder compartir impresiones con ellas. Por ello, algunas decenas de personas optaron por salir de la estancia poco después del inicio de la misma justo para que pudieran entrar los más rezagados.

La palabra la tomó, tras las presentaciones biográficas iniciales, la microbióloga y bioquímica francesa. Emmanuelle Charpentier hizo hincapié en las bacterias y en cómo éstas causan enfermedades y apostó por una revisión histórica de la biología molecular. Señaló 1859, 1865 y 1871 como los años claves en el establecimiento de las reglas, y 1953 y 1966, los básicos en el entendimiento de las estructuras. Apoyándose en un 'power point', explicó cómo «la bacteria ataca a la célula y su ADN se reproduce dentro y sale al exterior en un número mucho mayor» y el sistema consiste «en añadir más complejos para que esto no ocurra».

Doudna apostó por evidenciar los beneficios de su propuesta a pesar de que varias de sus diapositivas no se pudieron ver. La catedrática de Química y Biología celular y molecular en la Universidad de California explicó que «en 2011, empezamos a investigar por qué y cómo se protegen de los virus y así entendimos la función de las proteínas, que se podrían modificar con una sucesión de ARN».

El acto enmarcado en la semana de los Premios Princesa de Asturias finalizó con un brevísimo turno de preguntas y una sorpresa final. Pues Charpentier y Doudna acudieron, juntas, al aula reservada para acoger al gran volumen de público interesado. Ambas saludaron y agradecieron la presencia de los asistentes y no dudaron en regalarles un pin y firmarles los apuntes.

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