Elena García Armada - Consejera delegada de Marsi Bionics

«Los exoesqueletos tienen que llegar a todos los niños que los necesiten»

A Elena García Armada se le ilumina la cara hablando de lo que pasa cuando un niño que nunca se ha puesto en pie se sitúa en un exoesqueleto y ve el mundo desde otra perspectiva. Todo mejora. Consejera delegada de Marsi Bionics, empresa de tecnología médica participada por el CSIC, ha liderado un trabajo con el Atlas 2030 que espera que llegue a toda España, Asturias incluida, este mismo año.

-No me imagino un trabajo más emocionante que el suyo. ¿Cómo es eso de ver a un niño que nunca ha caminado hacerlo?

-Es muy emocionante, sí lo es. Llevo más de diez años con el trabajo empresarial y todos los días se me ponen los pelos de punta, es maravilloso. Lo primero es esa enorme sonrisa que se dibuja en su cara en el momento en el que se ven de pie, luego ya empiezan a jugar, y al cabo de un mes se empiezan a ver los efectos. Nosotros trabajamos con población infantil con afectación severa, con parálisis cerebral y problemas musculares complicados, con diagnósticos de que no van a caminar. Pues en un mes se empiezan a ver mejorías, en tres meses empieza a ver cambios significativos, y tenemos casos que a partir de seis meses han empezado a recuperar la marcha. Pero es que estamos hablando de niños, y muchos de sus sistemas cognitivos o perceptivos no se han llegado a desarrollar porque somos seres bípedos, necesitamos interactuar de forma tridimensional con nuestro entorno. Cuando se ponen de pie y empiezan a caminar y juegan e interactuar de forma espacial con el entorno, estamos viendo que se despiertan esos sentidos y esas capacidad cognitivas que estaban latentes. Hay un despertar en todos los sentidos. Empiezan a mejorar incluso el habla. Estamos encontrando un impacto 360 en el desarrollo personal.

-¿Dónde estamos y a dónde vamos en la aplicación de este sistema?

-En este momento se está introduciendo en todas las comunidades autónomas gracias a un fondo que ha puesto a disposición el Ministerio de Sanidad y con él se puede beneficiar toda la población infantil. Esto está anunciado desde diciembre y las comunidades deben hacer su solicitud antes que termine el mes de junio. Esto llega a los hospitales para que esté a disposición de toda la población. Aún así tenemos la cuenta pendiente de que no todas las familias están cerca del principal hospital de la comunidad y queremos llevarlo a centros pequeños. Cualquiera de los médicos que está trabajando con el dispositivo, todos hablan maravillas de lo que están viendo en sus pacientes. Y si le preguntas a los padres, ni le cuento. Esto tiene que llegar a todos los niños.

-¿A qué porcentaje llega?

-Está en Madrid, en Castilla La Mancha, llegando a Galicia, pero es incipiente todavía. Es pequeño el porcentaje pero tenemos la oportunidad este año de que llegue a toda España. Y estamos también en Francia y en México. El Gobierno francés ha puesto la disposición de los hospitales un fondo y ya estamos en cinco hospitales y terminaremos el año con otros quince.

-¿En qué medida estas tecnologías pueden ayudar a otros enfermos?

-La tecnología, tal y como está progresando, tiene un enorme potencial para personalizar todos los tratamientos. Cada individuo tiene unas condiciones determinadas y la medicina hasta ahora ha sido muy generalista pero la personalización es lo que puede hacer que los tratamientos sean lo más efectivos posible. Es hardware y software, es decir, la robótica, la inteligencia artificial, y con todo ello lo que conseguimos es hacer análisis para poder predecir y recomendar los tratamientos que puedan ser mejores y más eficientes.

-Dígame otras enfermedades a las que podría llegar.

-Quizá el ictus puede ser muy conocido, porque en nuestra sociedad provoca muchos casos de discapacidad, o la esclerosis múltiple. Son patologías que tienen una progresión, en el primer caso se espera una recuperación, en el segundo es degenerativa, pero ambas tienen progresión con el tiempo. Con el ictus se trata de trabajar de forma temprana, y se necesitan tecnologías que permitan hacerlo de inmediato, que sean portables, que las puedas llevar a la cama del paciente. Eso combinado con la inteligencia artificial, que tiene análisis de quince millones de pacientes, te permite saber cuáles son las ejercicios adecuados para conseguir la recuperación.

-¿Pero estamos muy lejos de conseguir que esto pueda implantarse?

-Esto es una tecnología que se está desarrollando ya. Pero por un lado está el desarrollo tecnológico y por otro cómo los incorporamos al sistema nacional de salud. Los procesos lamentablemente son largos, porque son tecnologías que hay que probar y testar que tienen beneficio y no riesgos. Esto es incompatible con la velocidad con la que se desarrolla la tecnología y ahí tenemos que hacer un trabajo gubernamental para ver cómo hacer estos procesos eficientes, porque si pasan cinco años esa tecnología se puede quedar obsoleta.

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