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El adiós a los Premios Príncipe...

Íñigo Noriega

Jueves, 23 de octubre 2014, 23:42

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...y la bienvenida a los Premios Princesa de Asturias se sucederán en la ceremonia de esta tarde en el Teatro Campoamor de Oviedo como la aportación que desde Asturias y la fundación que organiza los galardones se hace al proceso de renovación de la Monarquía española que, tras la abdicación del Rey Juan Carlos I, desarrolla Felipe VI de forma sutil aunque manifiesta.

El que puede considerarse un episodio comprometido de la historia de una nación, la sucesión del jefe de Estado, se está desarrollando con total naturalidad en España. El papel representativo de los reyes constitucionales no impide que la corona ejerza un liderazgo social en la medida en la que sea capaz de simbolizar determinadas aspiraciones colectivas. Los Reyes Felipe y Letizia están llevando a cabo, a la vez que mantienen la continuidad dinástica y la estabilidad institucional, una constatable apertura a las nuevas realidades sociales. El acercamiento a los ciudadanos y la aproximación a grupos y entidades que han ido tomando cuerpo en la España de hoy, y con la familiaridad que permite su pertenencia a la siguiente generación, se ve acompañado por cierto desenvaramiento en las formas, así como por la clara separación de todo vínculo con los episodios de corrupción surgidos en el entorno familiar, cuestión esta de la máxima sensibilidad pública: el 'caso Urdangarín' es indicador de una época en la que hasta los aledaños de la Corona se vieron empañados por ese mal que semeja haber invadido todas las instancias de la nación.

Son estas algunas de las primeras actuaciones que pueden vislumbrarse sobre la tarea que los Reyes acaban de emprender. El espacio de la mujer y su igualdad, del que la Reina tiene una vivencia en primera persona por haber desarrollado una carrera profesional como periodista, se manifiesta, en la simbología que expresan las decisiones de los Monarcas y la Fundación, en el hecho de que esta última y las distinciones que organiza vayan a sustituir su denominación por la concordante con quien ostentará el título, la princesa Leonor.

No es una mera cuestión nominal esta adecuación del género gramatical, que se adelanta a la reforma de la Constitución que garantizaría la igualdad de los sexos en la sucesión regia y quedará así recogido en la manifiesta voluntad y negro sobre blanco en los membretes de la entidad que vio nacer a la vida pública a el entonces príncipe Felipe. Tal como en su día la Fundación Principado de Asturias dio paso a la Fundación Príncipe, ahora toman su lugar la Fundación Princesa de Asturias y los Premios Princesa de Asturias.

Qué mejor que el homenaje a la ejemplaridad de los premiados que un año más se despliega en Asturias para acompañar esta trascendente decisión, el día que don Felipe presidirá por vez primera como Rey de España la entrega de las distinciones que, desde hoy, llevarán el nombre de su hija.

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