La afición del Real Avilés no tiene límite

La hinchada ya demostró en Ciudad Real ante el Manchego que ha superado el impacto de la derrota ante el Ourense y es consciente de que un descenso a Tercera sería un mazazo difícil de superar. Por eso se ha movilizado para dar el último aliento a los jugadores del Avilés este domingo (18 horas, Suárez Puerta) en el partido de vuelta. La adquisición de entradas con promoción para abonados vuela desde principios de semana, pero el empuje no solo llegará desde las gradas, porque algunos aficionados que no pueden asistir buscan soluciones para ver y animar a su equipo desde cualquier parte del mundo.

Por ejemplo, Andrés Muñiz, un fiel aficionado del Real Avilés que después de muchas combinaciones de tren y avión pudo estar el domingo pasado en Ciudad Real para animar a su equipo en directo. En la vuelta será distinto porque su profesión de ingeniero industrial, director de Supply Chain de una multinacional familiar asturiana dedicada a la fabricación de equipamiento para el trasvase de fluidos complejos, le lleva a viajar fuera de España entre 80 y 100 días al año. Y este domingo estará muy lejos, en Estados Unidos, en Asheville (Carolina del Norte), a seis horas de avión de España.

«Por eso tenía que intentar estar en Ciudad Real, porque sabía que el partido de vuelta me lo iba a perder. Soy socio desde hace más de treinta años, en su día llegué a llevar la web del club con otro socio, y he viajado a muchos sitios de Asturias y de España con el Avilés», asegura a LA VOZ DE AVILÉS tras pasar el control de aduanas en Chicago en uno de los varios enlaces aéreos que tiene que coger para llegar a su destino.

Quizás en ese control llame la atención un equipaje fijo en su maleta cada vez que juega el Avilés, «una camiseta y una bufanda». Andrés Muñiz espera que le traigan suerte cuando se ponga delante de la pantalla el domingo a las doce del mediodía –hora local–. Intentará conectar con la retransmisión por internet que ofrece el club y enchufarse a la televisión de su hotel. «Esta vez no tengo que madrugar, ya me tocó alguna vez este año ver un partido a las 05.30 horas de la madrugada», añade resignado.

En cualquier caso, lo hará más confiando que antes de presenciar en directo el partido de ida en Ciudad Real. «Tampoco es que el nuevo entrenador le diera una vuelta al equipo en tres días, pero el Manchego no parecía el Bayern y estuvimos más conservadores, sin grandes errores. Zubiri ayuda a centrar a la gente y con Del Amo reconvertido en lateral... Podíamos haber ganado si la mete Natalio o el disparo de Jorge no se va a un lado», analiza Muñiz.

En cualquier caso, la imagen que dio el equipo invita a este aficionado avilesino a ser optimista para el partido de vuelta este domingo. «A ver esta semana que cojan más el método de Rozada y espero que la fase de permanencia se decida por detalles», añade Andrés Muñiz, que se aficionó al Real Avilés Industrial «al empezar a ir con mi padre al Muro de Zaro», y espera trasmitir esa pasión blanquiazul a sus dos hijos, de siete y dos años y medio. «Se nota el cambio del equipo, pasamos de ser cuatro amigos cuando iban cien al estadio y ahora estoy con los mismos, pero alrededor hay muchos más», reconoce a la labor que se está haciendo desde la nueva propiedad del club.