Los descartes, otro reto para Rozada en el Real Avilés

A la hora de redactar estas líneas no se había lesionado ningún jugador más en el Real Avilés. Si todo sigue así, hasta el último entrenamiento del sábado antes de viajar hacia Ávila, sería una buena noticia para el equipo, y también un dolor de cabeza para su entrenador, Javi Rozada, y su cuerpo técnico.

Hasta ahora, y ya han transcurrido casi seis meses de liga, las convocatorias se hacían casi solas por culpa de las lesiones. Únicamente había que decidir qué jugador juvenil o del filial completaba la lista de dieciocho efectivos disponibles en los partidos. Pero la enfermería se ha ido vaciando y, lo que suele ser habitual en una plantilla, se puede convertir en algo casi inédito para los avilesinos después de muchos meses.

Los problemas de las lesiones han condicionado al Real Avilés desde el inicio de liga en Segunda RFEF. Prácticamente se puede decir que sólo en los primeros partidos hubo descartes en la convocatoria por motivos deportivos, que fueron más bien por falta de rodaje previo de jugadores que había fichado el club, como fueron los casos de Alarcón y Bashiru. Osky también se quedaba fuera por problemas físicos, por lo que Rozada hacía lo que podía ya desde las primeras convocatorias.

Con la liga en marcha, la única excepción a los descartes por lesión fue Julio Rodríguez, cuarto central en aquellos momentos. El resto, se convirtió en un rosario de lesiones, a las que hay que añadir la enfermedad de Mecerreyes, en un inicio liguero en el que la recuperación de jugadores como Osky daba paso a bajas como las del medio avilesino, Santamaría, Davo, Natalio, Viti, Gete, Soler..., y una larga lista de dolencias que han apartado del equipo en algún momento de la temporada a casi todos los jugadores de la plantilla.

El cuerpo técnico del Avilés ha tenido que improvisar todo tipo de medidas para completar convocatorias, con juveniles como Macías convertidos en casi fijos con el primer equipo, al que acompañaron después otros como Álex Muñiz, el portero Pelayo Iglesias o los jugadores del filial Yiriba y Chousa. La situación del equipo llegó a ser de tal necesidad que en algunas convocatorias llegaron a incluirse a jugadores que no estaban recuperados al 100%.

Con la llegada del nuevo año las lesiones no han desaparecido en el Real Avilés, pero es verdad que han dado un respiro, o al menos se producen de manera más gradual que en la primera vuelta. La situación ha llegado a ser tan angustiosa que tener a dos jugadores lesionados a día de hoy parece una buena noticia. Son los casos de Edu Cortina, sin plazo de regreso, y Soler, afectado por un traumatismo craneal.

Álvaro Santamaría ya participa en los entrenamientos del grupo, aunque a menor ritmo y sin forzar su físico. El equipo recupera, por otro lado, para el choque de Ávila a los sancionados Kevin Bautista e Isi Ros. De esta forma, entrar en la convocatoria se cotiza alto en esta ocasión y parece irremediable que se quede en Avilés algún jugador 'importante' de la plantilla.

Todo apunta, en principio, a que haya que hacer tres descartes, si finalmente entran Santamaría, Kevin Bautista e Isi Ros. El más 'sencillo' con respecto a la última convocatoria ante la Gimnástica de Torrelavega sería Yiriba. Faltarían otros dos y ahí ya caben muchas combinaciones. La más conservadora, y probable, dejaría a Santamaría en Avilés, ya que acaba de salir de una lesión y en casos como el suyo Javi Rozada siempre ha querido ir con pies de plomo antes de poner en riesgo una posible recaída.

En el supuesto, difícil a día de hoy, de que el gijonés viajase a Ávila, podría quedarse fuera Momoh, ya que el equipo tendría cuatro delanteros (además del último fichaje blanquiazul, Santamaría, Cueto y Natalio).

Otro descarte podría salir de los extremos por número de efectivos, ya que estarían disponibles Alarcón, Davo, Isi Ros y Nico Fernández –estos dos últimos con muchas opciones de ser titulares–, más Palacín en su doble faceta de lateral con perfil ofensivo.

En definitiva, una 'papeleta' de convocatoria para Javi Rozada, aunque seguro que es una situación que le gustaría haber vivido más veces esta temporada para tener dónde elegir en función de lo que necesite el equipo. Aunque podría ser peor, porque, si Soler adelanta su recuperación, pasaría a haber tres laterales derechos en el Real Avilés y un 'overbooking' por esa banda difícil de gestionar hasta el final de temporada.

• Temas
• Fútbol
• Ávila (Provincia)
• Avilés
• Javi Rozada
• Segunda División B
• Real Avilés