Arruabarrena derrotó hace 24 años al Oviedo en su última visita a El Madrigal
Un gol del argentino dejó sin premio a los azules en la tercera jornada de la temporada 2000-01, que entraron en descenso por primera vez en ese curso
Hace 9.091 el estadio de La Cerámica se llamaba El Madrigal y ese es tiempo que habrá pasado desde la última visita del Real Oviedo al Villarreal en la máxima categoría. Se jugaba la tercera jornada de la temporada 2000-01 y los azules regresaron de tierras castellonenses de vacío por culpa de un cabezazo del defensa argentino Arruabarrena. Con la derrota los azules pisaban por primera vez la zona de descenso, de un año que terminaría de la peor manera posible para el club y que abriría la puerta a la mayor crisis de la historia de la entidad.
Con Radomir Antic de regreso al banquillo oviedista, tras la salida de Luis Aragonés, el equipo e preparaba para intentar vivir una temporada más tranquila que la anterior, en la que habían alcanzado la permanencia en la penúltima jornada liguera. El inicio de curso fue irregular. Cayeron en la jornada inaugural en Soria, ante el Numancia, con un tanto de Delgado en la recta final del encuentro, y habían empatado 2-2 con Las Palmas en el estreno del nuevo Carlos Tartiere en Primera División.
La alienación azul en aquel encuentro fue la formada por: Esteban; Keita, Danjou, Onopko, Boris, Martinovic; Amieva, Tomis, Ania; Oli y Losada. Rubén Suárez, Ivo y Moller entrarían por Amieva, Ania y Boris. En el Villarreal jugaron: López Vallejo; Galván, Quique Álvarez, Berruet, Arruabarrena, Calleja, Amor, Cagna, Jorge López, Víctor y Craioveanu. Escoda, Gracia y Moisés entraron en el segundo tiempo en un equipo dirigido por Víctor Muñoz. Con el dorsal 22 estaba Javi Calleja, que la pasada temporada dirigió a los azules hasta su destitución en el mes de marzo. A los 13 minutos, Arruabarrena marcó de cabeza y el gol sentenció el encuentro.
Con esa derrota, el Oviedo cayó a puestos de descenso por primera vez en la temporada. Sólo había sumado un punto de los nueve disputados. La situación se rectificó a la semana siguiente cuando la victoria ante el Zaragoza, dirigido por Juan Manuel Lillo, por 2-1, gracias a los goles de Losada e Iván Ania, que hicieron inútil el del asturiano Pablo. El equipo no volvería a pisar la zona de descenso hasta la jornada 38 cuando la derrota en Mallorca unida al triunfo de Osasuna en San Sebastián mandaba a los azules a Segunda División.
Desde entonces hasta hora mucho cambió la historia de ambos clubes. Los castellonenses se convirtieron en un asiduo de la lucha por Europa y llegaron a brillar en la Champions League, contando en sus filas con Santi Cazorla. Todo fueron éxitos, excepto la campaña 2011-12 en la que perdieron la categoría, logrando el ascenso al curso siguiente y ya no volverían a moverse de la elite. Mientras, el Oviedo penó 13 temporadas fuera del fútbol profesional y ahora sueña con poder estabilizrse entre los más grandes.