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Imagen del enfrentamiento que tuvo lugar en las calles de Santander.
Incidentes en el Racing - Oviedo

Encerrona para la afición del Oviedo en Santander

La jornada comenzó con susto tras los incidentes generados por un grupo de ultras locales, pero terminó con fiesta en la grada de El Sardinero

Lunes, 29 de agosto 2022, 02:34

De la peor manera y con susto cuando los primeros autobuses de aficionados azules acababan de llegar a la capital cántabra. Así empezó la jornada de un partido declarado de alto riesgo que tuvo «un conato de pelea» -así lo definió Delegación de Gobierno- cuando aún no había dado tiempo casi a que se produjese algún tipo de altercado en los alrededores del estadio verdiblancos. Según las propias fuentes policiales fueron un grupo reducido de ultras locales -varias decenas- los que acudieron a buscar a los aficionados del Oviedo por las calles de la ciudad. Los encontraron en la reconocida calle Peña Herbosa, adonde numerosos oviedistas se habían desplazado caminando para comer algo antes del encuentro.

Los seguidores azules esperan para acceder al estadio, bajo un cordón policial. LOF

En cuestión de segundos, varios de esos aficionados -la mayoría encapuchados, de negro y con pasamontañas- empezaron a lanzar piedras, mobiliario y bengalas encendidas a ambos lados de la calle, donde los propietarios de los establecimientos hosteleros locales no daban crédito con lo que estaba sucediendo. La afición azul, sorprendida por lo que estaba ocurriendo, se refugió en el interior de bares y restaurantes, y aunque parte de ella respondió al lanzamiento de objetivos, fue en cuestión de minutos que se disolvió casi con la misma rapidez con la que se había iniciado sin que la Unidad de Intervención de la Policía pudiese llegar a hacer ningún tipo de dentención.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tomaron declaración a los allí presentes tras verificar que no había heridos de consideración más allá de magulladuras, cortes o quemaduras leves. Fueron los propios hosteleros los primeros en compartir su indignación con la afición visitante, y tras encauzar la mañana, el oviedismo volvió a llenar las terrazas y las barras de los mismos bares en los que encontraron resguardo durante los incidentes.

A partir de ese momento, la jornada transcurrió como debía haber sido desde un principio. Tras comer, combatir el calor buscando sombra y refrigerio, y compartir sobremesa elucubrando sobre el once titular, llegó el momento del corteo. Entre cánticos, y rodeados de un fuerte dispositivo policial, los oviedistas caminaron hasta un Sardinero en el que les esperaban ya los de Jon Pérez Bolo. Con la grada visitante a rebosar, comenzaron los ánimos y también los nervios. Entre los azules que ocupaban la Tribuna Sur, uno con acento mexicano que pronto partirá de nuevo a su país natal: Federico González. El asesor de Carso, que está a punto de poner fin a su etapa como gestor azul, disfrutó de un choque en el que apostaba por la victoria de los de Bolo. «Vamos a ganar, estoy seguro», comentó mientras saludaba a los aficionados.

Condena de ambos clubes a la violencia

El Real Oviedo «condenó profundamente los ataques sufridos por los aficionados oviedistas y la violencia en todas sus formas», al tiempo que manifestó su voluntad de colaborar con la Policía para «evitar que vuelva a suceder». «Todas las aficiones deberían disfrutar, gracias a la inmesa mayoría de racinguistas por la acogida», concluyó. El Racing, por su parte, condenó esos mismos «actos violentos» y dio importancia al «fair play». «Todos queremos disfrutar de un bien día de fútbol en El Sardinero», apostilló tras lo sucedido.

Entonces llegó un nuevo penalti, tras un VAR cantado por la grada incluso cuando aún no se había solicitado, y de nuevo Borja. Borja Bastón y su gol. Esta vez, eso no sería suficiente. Y entonces apareció Tomeu Nadal, como en las grandes citas, para demostrar que los porteros tienen mucho que decir. Y la grada se fundió con el equipo después de ovacionar a un Koba que despertó los mayores halagos. A pesar del debut del francés, el protagonista iba a ser Tomeu, que respondió a los suyos encabezando la haka final. La media hora que hubo que esperar dentro del estadio tuvo también color azul: con el himno de Asturias y cánticos oviedistas para celebrar el segundo triunfo seguido, el primero lejos de casa.

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