El Oviedo coge impulso en Santo Domingo

Dos goles de Bárcenas y uno de Borja Sánchez dieron a los ovetenses su primer triunfo en Alcorcón en un partido cómodo de los de Rozada en Alcorcón. El Real Oviedo ofreció su mejor versión en un campo gafe como Santo Domingo y encadena su segunda victoria consecutiva. Los azules encarrilaron el encuentro en la primera mitad con goles de Borja Sánchez y Bárcenas , pero sentenciaron en la segunda con el doblete del panameño.

El equipo aprovechó sus ocasiones y estuvo bien en defensa, con el único lunar del error de Champagne que supuso el gol local. En la segunda mitad el equipo estuvo mejor y no pasó por apuros.

Los tres puntos de ayer permiten a los oviedistas tomar aire con el descenso y asomarse a la zona tranquila de la clasificación.

El técnico azul repitió el mismo equipo que la pasada jornada se había impuesto al Rayo Vallecano, la segunda en toda la temporada que sucede.

Los primeros minutos habituales de tanteo, con juego en el centro del campo, sin control claro por parte de ninguno de los dos equipos, dio paso a un ejercicio de efectividad de los azules que pusieron muy de cara el partido en tres minutos. Primero fue Sangalli, el que tras combinar con Nieto ganó la línea de fondo y centró atrás, donde llegó Borja Sánchez para meter el interior y adelantar a su equipo. El árbitro consultó el VAR por si había fuera de juego, pero acabó concediendo el tanto.

En la siguiente acción del partido, Ortuño controló un balón en el centro del campo y vio la carrera de Bárcenas, al que puso un buen balón para que el panameño se presentara solo ante el portero y le batiera con un disparo cruzado.

Fueron unos minutos frenéticos de partido con más acierto que juego, que permitieron al equipo ovetense tomar una sustancial ventaja en el marcador. La velocidad en las transiciones volvía a dar frutos para los de Rozada que se veían cómodos en el campo y mandaban en el marcador como no habían hecho hasta ahora a domicilio.

Los locales, obligados a buscar la portería carbayona recurrieron entonces a meter balones al área y pelear las segundas jugadas. El premio para los alfareros llegó gracias a un clamoroso error de Champagne, al que se le escapó un balón fácil en un saque de esquina. El exoviedista Boateng, atento en el área, aprovechó para mandar al fondo de la red y volver a meter a su equipo en el partido.

El conjunto azul entendió entonces que no le convenía un partido de ida y vuelta y trató de bajar el ritmo del encuentro. A base de posesiones más largas, aunque no sirvieran para avanzar, al menos alejaban el peligro de las proximidades de Champagne.

Los de Rozada, con la ventaja, buscaban aprovechar alguna contra, ya que el Alcorcón estaba precipitado y no acababa de meterse en el partido. Los azules, poco a poco, iban haciéndose con el control del partido y encontrando algunas acciones de peligro por las bandas.

Los azules tenían a Borja Sánchez como referencia para tener el balón y en el centro Jimmy y Tejera eran capaces de sostener en la medular. Sangalli y Nieto lo intentaban por la derecha, pero eran Christian y Bárcenas los que generaban más peligro por la izquierda.

Una de las notas positivas de la primera mitad fue la solvencia de la defensa, en especial los centrales Carlos Hernández y Arribas, que se llevaban todos los duelos aéreos no se complicaban la vida.

La segunda parte comenzó con un Oviedo bien plantado en el campo, siendo capaz de poner pausa en el juego y sin pasar por apuros, Borja Sánchez aparecía por todas las zonas del campo para tener el balón y buscar alguna contra, que no acababa de llegar.

El Alcorcón quería y no podía y parecía más cerca la sentencia azul que el empate local. Solo faltaba acierto en el último pase para crear alguna ocasión clara de gol.

Los azules sentenciaron el encuentro a los 72 minutos, en una nueva jugada por la derecha de Nieto, que ganó la línea de fondo y centró atrás, donde llegó Bárcenas para golpear y el balón, tras tocar en Laure se introdujo en la portería de Miralles.

El equipo durmió el partido y no pasó por apuros hasta el final, cuando los 300 aficionados azules pudieron por fin celebrar una victoria en el municipal de Santo Domingo.