Jesús Martínez y Martín Peláez, espectadores de lujo en El Requexón

Jesús Martínez y Martín Peláez lo hicieron luciendo ropa del club, y junto a ellos se dirigieron a la grada del campo número cuatro el resto de integrantes de la comitiva mexicana: Pedro Cedillo, Jesús Martínez hijo y Bernardo Entrialgo. A su lado, como es habitual desde su llegada a España, uno de los hombres fuertes de Carso, Joe Aboumrad. Por parte del Oviedo, Federico González, el gerente David Mata y el director de la Fundación César Martín.

Antes de llegar a sus asientos, Martínez se acercó a los aficionados que esperaban la salida de los jugadores, y junto a hombres como Enrich, Obeng, Aceves o Flores, se hizo fotos y firmó autógrafos con los aficionados más jóvenes. Precisamente uno de los pequeños que acudió a la sesión hizo las delicias de Montoro, detrás del cual salió corriendo antes de perderlo de vista para poder tener también la firma del último fichaje azul.

Bolo contó de inicio con todos sus jugadores a excepción de Miguelón, que acabó lesionado el partido ante el Avilés, pero se quedó pronto sin David Costas, también renqueante de sus molestias y al margen tras completar solo los primeros minutos del calentamiento. Después del rondo, y como fase de su adaptación, también se retiró Montoro, que se ejercitó en solitario en el interior de las instalaciones azules. Otro que no participó de las evoluciones ofensivas fue Jirka, que trabajó apartado -como viene siendo habitual desde hace más de una semana- junto al readaptador físico. Su salida sigue sin concretarse, y se ejercita sin asumir riesgos para que la operación no corra peligro.