Juan Carlos y Sofía esperan órdenes
Él mantiene reuniones de alto nivel en su despacho. Ella sigue volcada en su labor solidaria y reside en La Zarzuela. «Eso deque se ha ido a Londres es una leyenda urbana». Todo con mucha discreción, a la esperade que Felipe VI defina la agenda oficial de sus padres
PPLL
Domingo, 13 de julio 2014, 08:52
Seguiré dando guerra mientras el cuerpo aguante». La ya célebre y socarrona advertencia que lanzó el propio Juan Carlos I el 22 de noviembre de 2005, en plena celebración del trigésimo aniversario de su proclamación, no era solo de boquilla. A sus 76 años, aún con las muletas que le ayudan a moverse desde la última operación de cadera y cuando no se ha cumplido un mes de la abdicación, el padre de Felipe VI no para ni un segundo desde la segunda fila de la Jefatura del Estado. Entre largas sesiones de rehabilitación, y lejos de la vida relajada que algunos podrían atribuirle tras firmar su jubilación, no ha abandonado «su perfil de machaca». «Siempre lo ha sido», defiende José Apezarena, periodista especializado en monarquías y autor del libro Todos los hombres del Rey. Durante estas semanas, y a pesar de sus problemas de movilidad, «ha seguido manteniendo reuniones en Zarzuela casi a diario», corroboran fuentes de la Casa Real.
Sus atribuciones y su sueldo todavía están pendientes de ser fijadas por su hijo, que decidirá finalmente la labor de su padre dentro de la institución. Lo cierto es que Juan Carlos I «viene haciendo lo mismo que hasta ahora, pero sin que conste en ningún tipo de agenda oficial. Su despacho sigue en funcionamiento», deslizan en su entorno más próximo. O, mejor dicho, el nuevo despacho habilitado para él, porque el que ha venido utilizando durante cuatro décadas ahora lo ocupa su hijo. Don Juan Carlos se ha mudado a uno más amplio con su colección de plumas, una legión de estilográficas con las que sigue escribiendo a mano.
Lo que no han cambiado en Zarzuela, al menos de momento, son las habitaciones. Felipe VI sigue residiendo en el pequeño palacete contiguo, de manera que sus padres disponen libremente de los que han sido sus aposentos los últimos 40 años. Todo un gesto: «Son considerados activos muy importantes en Zarzuela», recuerdan en la Casa Real. «La idea es aprovechar los contactos tan importantes que ambos tienen para seguir trabajando por el país. Salvando las diferencias, al estilo de lo que se hace en Estados Unidos con expresidentes como Carter o Clinton, que asumieron labores de representación institucional con naturalidad cuando acabaron sus mandatos». Las mismas fuentes recalcan, sin embargo, que «será el tiempo (y el actual monarca, por supuesto) los que irán dando sentido a esas funciones. Podrían tener su propia agenda oficial dentro de un tiempo, porque son parte del núcleo central de la Corona».
Comidas con viejos amigos
Si don Juan Carlos no ha optado por la vida descansada tras firmar la abdicación (aunque sí ha aprovechado para organizar alguna comida con «viejos amigos», ilustra Apezarena), mucho menos doña Sofía. «Sigue trabajando en sus asuntos cotidianos, en su caso muy volcada en la Fundación Reina Sofía y en otros proyectos solidarios. Incluso más que antes», repasan portavoces oficiales.
La mismísima Irene de Grecia ha comentado esta semana que su hermana «no se ha jubilado y trabaja igual que antes, aunque sí está más serena y viaja mucho». Pero con toda la discreción del mundo. Como su marido, molesto por las muletas que le acompañan a todas partes. «Prácticamente no sale de palacio, sigue teniendo problemas para moverse con comodidad y, aunque continúa doblándose en el gimnasio para estar bien, la realidad es que no está en condiciones de asumir esa hipotética agenda oficial. Y eso, de momento, ya hace plantearse algunas cuestiones: ¿Quién acudirá a las tomas de posesión de los presidentes americanos? Antes iba don Felipe y a la última fue Rajoy, pero ahí hay un vacío... Además, si a la infanta Elena parece que la van a apartar de esas tareas definitivamente, ¿van a poder atender Felipe VI y doña Letizia todas las funciones de representación de la Corona que antes llevaban a cabo cinco personas?», se pregunta Apezarena.
Otras cuestiones ya tienen respuesta. En Palma de Mallorca estaban con la mosca detrás de la oreja esperando un gesto, una frase, que resolviera las dudas que se cernían sobre la isla desde el anuncio de la abdicación. Los rumores sobre la supuesta manía que doña Letizia le tiene a los veraneos en Mallorca, muy alejados de su idea de unas vacaciones de relax, aumentaban la inquietud: ¿Seguiría la familia real vinculada a Marivent y a las Baleares? Ha sido este mismo viernes cuando la Casa Real ha despejado la incógnita y confirmado que los Reyes desembarcarán en Mallorca a principios de agosto, aunque no se han concretado las fechas. Lo que sí admiten sin pudor desde Zarzuela es lo que todo el mundo sabe: «A doña Sofía le encanta pasar el verano en Marivent».
Otros años, por estas fechas, ya había tomado posesión de la residencia estival. Ahora todo es distinto. El protagonismo es para los nuevos monarcas y la llegada anticipada de la reina madre podría acaparar demasiados flashes. Parece que tendrá que esperar a que su hijo y su nuera cumplan con una agenda repleta de viajes y compromisos oficiales. En el horizonte, Marruecos, Francia, gira por España... Y quizá unos días de descanso, sin paparazzi ni obligaciones a la vista, en Almería. Según han publicado varios medios, la visita que los Reyes realizaron el pasado otoño a Almería habría motivado que Zarzuela haya empezado a buscar una zona adecuada en Cabo de Gata para que la pareja y sus hijas puedan desconectar.
Entre Almería y Mallorca
La princesa Victoria de Suecia y su marido, Daniel Westling, así como los actuales reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, hace tiempo que se decantaron por los espectaculares parajes de Carboneras, Aguamarga o Las Negras para solazarse en verano. El portavoz de la Casa Real, sin embargo, desmiente esa supuesta misión de búsqueda y se decanta por Mallorca. Una gran noticia para don Juan Carlos y doña Sofía, que finalmente podrán dejarse caer por su querida isla. Además, «la disputa de la Copa del Rey de Vela (del 2 al 14 de agosto), siempre con presencia de miembros de la Corona, o la recepción de las autoridades en el Palacio de la Almudaina son tradiciones demasiado arraigadas dentro de la propia familia real y era difícil pensar que se borraran de un plumazo», señala Apezarena. Por no hablar del habitual despacho veraniego con el presidente del Gobierno.
Con un poco de suerte, y protocolo mediante, los veteranos monarcas hasta podrían quedarse unos días más en Mallorca después de ceder toda la atención a los nuevos Reyes. Sería una bendición para doña Sofía, que se transforma en una vecina más de la isla cuando aterriza en San Juan: siempre soñó con vivir en Marivent. No tanto en Londres, donde reside parte de su familia y donde muchos pensaban que se trasladaría tras la abdicación: «Eso es una leyenda urbana», ilustran en Zarzuela. «Lo que sí vamos a hacer es viajar mucho más a Grecia», se alegra su hermana.