Así empezó la pelea de las gambas: «Preguntaron que si mi sobrina era la 'putita' del local»
Después de abonar las bebidas comenzó la trifulca en un bar de Almería, cuando uno de los clientes insultó al dueño: «Aquí va a venir tu puta madre a comer. Me cago en los muertos de tu madre»
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Jueves, 11 de agosto 2016, 12:34
La pelea del sábado en un restaurante de la localidad almeriense de Garrucha ha tomado otro rumbo, según publica elcorreo.com. Aunque previamente se atribuyó la trifulca al precio de la ración de gambas, el propietario del local asegura que se produjo por la actitud provocadora de unos clientes madrileños, los cuales agredieron al hostelero que terminó con una brecha abierta en la cabeza después de recibir un botellazo.
Un total de ocho clientes, que «alardeaban de ser de Vallecas» según el propietario, comenzaron a generar problemas tras sentarse a la mesa pasadas las diez y media de la noche. Los comensales pidieron al hijo del hostelero una ración de mejillones tigres y, después de ser informados de que ese plato estaba agotado, decidieron pedir dos salmorejos, dos ensaladas, una ración de gamba roja, un plato de chipirones y varias jarras grandes de cerveza.
El grupo de turistas, según el dueño del restaurante 'La Barca' en declaraciones al periódico La Voz de Almería,echaban en cara al local de beneficiarse en exceso con los precios de sus platos: «Empezaron a decirle a mi hijo que si éramos unos listos, que estábamos ganando un montón de dinero a costa de los turistas. Le dije que no les respondiera, que no entrara en sus provocaciones», afirma.
Las gambas, el detonante de la pelea
El comienzo de un conflicto que terminó con varios heridos fue al pedir la cuenta con un valor de 67 euros. El precio de la ración de la popular gamba roja de Garrucha era de 20 euros, algo que les pareció excesivo a los madrileños. Los clientes argumentaban que «en Vallecas ellos se comían dos kilos por ese precio». El dueño cuenta que un trabajador del puerto que estaba presente «les invitó incluso a marcharse a su barrio si allí era todo tan barato».
Después la situación se tensó aún más y el hostelero les pidió que dejasen de hacer ruido, porque el resto de clientes se sentían incómodos. Los comensales hicieron todo lo contrario y preguntaron que si la sobrina del propietario, una joven quince años, «era la putita del bar». «Les pedí por favor que no insultaran a la niña, que no les había hecho nada», explica el propietario.
El propietario decidió entrar al interior del restaurante con el más mayor del grupo para intentar poner paz proponiéndoles que pagaran solo las bebidas. Hecho esto, uno de los madrileños insultó al dueño: «Aquí va a venir tu puta madre a comer. Me cago en los muertos de tu madre».
Ahí comenzó la pelea: «Cuando mentaron a mi madre reconozco que perdí la cabeza. Enganché al tío y del empujón se cayó en lo alto de una jardinera. El que había entrado conmigo a pagar, cogió una botella de la mesa y me pegó en la cabeza. Me la rajó entera. Cuando mis hijos me vieron así, con la cabeza ensangrentada, se terminó de liar», cuenta al diario almeriense.
Intercambio de denuncias
Los agentes de la Policía Local fueron los primeros en llegar al establecimiento, aunque necesitaron la ayuda de la Guardia Civil para despejar la calle debido al gran número de personas que se pararon para ver la pelea. Dos hombres presentaban heridas sangrantes en la cabeza y uno de ellos fue evacuado al centro de salud del municipio.
El dueño del bar ha denunciado en el puesto de la Guardia Civil de la localidad por los hechos, mientras que los clientes han hecho lo propio en la comisaria de la Policía Nacional. Se ha iniciado una investigación para determinar quiénes participaron en la trifulca y qué grado de implicación tiene cada uno de ellos.