Ordenan exhumar el cadáver de Dalí tras una demanda de paternidad

«Dalí es mi padre». Lo asegura Pilar Abel Martínez, de profesión pitonisa, nacida en Figueras hace 61 años. Y los tribunales van a investigarlo. Los restos del genial pintor surrealista, sepultados en el Teatro-Museo Dalí de Figueras tras su fallecimiento en 1989, serán exhumados. Lo exige un juzgado de Madrid, que ha solicitado la pesquisa en el marco de una demanda de paternidad interpuesta por Abel. La mujer, que lleva una década reivindicándose como hija del artista ampurdanés, perdió una demanda en la que exigía 600.000 euros al escritor Javier Cercas, a quien acusó de ridiculizarla con el personaje de la pitonisa Conchi en la novela Soldados de Salamina.

Dalí descansa en la sede de la fundación Gala-Dalí, administradora de su fabuloso legado, «que prepara un recurso para oponerse a la exhumación que será presentado en los próximos días», según un escueto comunicado de la entidad. El juzgado admitió a trámite en abril de 2015 la demanda de paternidad que Abel presentó contra el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas y la Fundación Gala-Dalí, los herederos legales del pintor. Habrá una nueva vista el 18 de septiembre, se supone que con las pruebas de ADN sobre el tapete.

Nacida el 1 de febrero de 1956, Pilar Abel asegura ser fruto del idilio fugaz y secreto que su madre, Antonia Martínez de Haro, mantuvo con el pintor ampurdanés, a quien conoció en Port-Lligat (Cadaqués) cuando, con 25 años, trabajaba como empleada de una familia que pasaba temporadas en la misma población gerundense donde Dalí y su esposa Gala fijaron su residencia al regresar de Nueva York. Antonia dejó el trabajo en 1955 y volvió a Castelló dEmpuries, donde se casó antes de alumbrar a su hija.

Abel asegura en su demanda que en repetidas ocasiones su abuela y su madre le aseguraron que su progenitor era Salvador Dalí. Aporta a la causa un acta notarial en la que una cuidadora de la madre dice que esta relató que en su juventud mantuvo una relación sentimental con el pintor.

Pilar Abel se ha sometido ya a dos pruebas de paternidad, pero sostiene que no consiguió que en ninguno de los dos casos se le entregaran los resultados. La primera la habría realizado un laboratorio madrileño en 2007, comparando su ADN con el de restos de piel y cabellos adheridos a una máscara de yeso que se hizo del pintor poco después de morir y a la que Abel habría tenido acceso. Ese mismo año realizó una segunda prueba en el despacho parisino de Robert Descharnes, biógrafo de Dalí, comparando entonces las muestras biológicas de Abel con el material genético conservado por Descharnes.

Si es reconocida como hija de Dalí, Abel tendría derecho a la legítima un cuarto de la herencia del pintor, a llevar su apellido y a los derechos de autor, aunque debería ratificarlo a través de una nueva demanda. Abel, que durante ocho años estuvo al frente de un programa de cartomancia en una televisión local de Gerona, demandó en 2005 al escritor Javier Cercas, a quién acusó de vejarla. La mujer se vio reflejada en el personaje de la pitonisa Conchi en Soldados de Salamina, la exitosa novela de Cercas. Reclamó al escritor pacense 600.000 euros, pero los tribunales archivaron la causa en 2009, al considerar que el personaje era pura ficción y que Cercas no conocía a la demandante.