A la cuarta boda, ¿va la vencida?

Van por la cuarta boda y siguen sin casarse. En realidad, lo han intentado tres veces y no desisten. Lo tienen claro, pero la pandemia ha decidido por ellos. Los ovetenses Vanesa González y Alberto Saavedra son un claro ejemplo de que, en tiempos de coronavirus, los planes se pueden ir al traste sin ningún tipo de discusión.

La primera fecha que cerraron para su unión fue el 21 de marzo, la segunda fue el 4 de julio, la tercera el 31 de octubre y la última, de momento, el 8 de mayo. El 14 de febrero de 2019 Saavedra pidió matrimonio a su novia en Venecia. Pensaron en que una buena fecha podría ser el 21 de marzo pero de 2021; finalmente, concluyeron que por qué esperar tanto.

«Decidimos que el mismo día pero de un año antes. Es la fecha de mi cumpleaños. Por eso el día estaba claro. Lo preparamos todo: ceremonia en la Catedral, restaurante, invitados, invitaciones, viaje...», recuerda Vanesa González.

El vestido, los anillos grabados y un destino soñado: Estados Unidos. En menos de una semana, todo se vino abajo. El confinamiento marcó otro rumbo para la pareja.

«Hay que luchar la vida. Si te da segundas oportunidades, será por algo», aseguró la novia en aquel entonces, tras avisar a los invitados del cambio.

Como no estaban dispuestos a instalarse en la tristeza ni en el lamento, rápidamente decidieron un nuevo día para el esperado enlace: el 4 de julio.

Vuelta a reconducir todos los preparativos. Como anécdota y prueba de su buen talante, decidieron que en las alianzas quedarían inscritas las dos fechas y sería «una boda para disfrutar aún más». Las restricciones volvieron a modificar sus intenciones. El viaje, esta vez, a Cádiz, también tiene su propia historia. «Como no podíamos ir a Estados Unidos, decidimos ir al sur. Tendríamos luna de miel a pesar de no poder casarnos por segunda vez». Pero, de pronto, a Alberto Saavedra, que es policía local en Oviedo, le dicen que se tiene que hacer una PCR dos días antes de partir.

«Y dio positivo asintomático y le dijeron que tenía que confinarse. Yo me la hice, di negativo y me fui de viaje sola, ya que lo teníamos todo pagado». Luna de miel sin novio.

Siguiente planteamiento, nueva fecha, 31 de octubre. Preparativos, todo en orden, regalos recibidos, Catedral, restaurante y... «Ayer (por el miércoles), cuando anunciaron las nuevas medidas, casi no lo podíamos creer. Otra vez sin boda, de nuevo a cancelar. Empezamos a avisar a todos los invitados. Queríamos devolver regalos, pero los invitados no lo consintieron». Sí hubo un detalle de unos amigos que no pudo llegar a buen puerto: «Querían darnos un perro Labrador, pero, con tanto cambio, el dueño no podía esperar».

Entre medias, problemas de salud familiares, el fallecimiento de una tía, pero el mismo amor entre ellos, «o más». «Es un prueba de nuestro empeño, aunque mi madre ya me dice: '¿Pero para qué os vais a casar si ya vivís juntos?'. Pero yo me niego a rendirme».

En 2021 esperan que sea su boda, en la Catedral y con restaurante ya elegido y viaje a Estados Unidos. Eso sí, finalmente, las alianzas llevarán la fecha de la boda definitiva. ¿8 de mayo?