Dos y pingada, el curioso plato con el que Zamora celebra el Domingo de Resurrección
Esta popular preparación suele comerse a la hora del almuerzo, después de la procesión del Encuentro
Que Zamora tiene una de las Semanas Santas más importantes de España no es algo que no se sepa. De hecho, la Pasión de la capital del románico es Fiesta de Interés Turístico Internacional, Bien de Interés Cultural desde el año 2015 y Candidata a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero lo que no es tan conocido es la curiosa forma en la que celebran el Domingo de Resurrección en esta ciudad.
Uno de los platos más típicos de Zamora, con permiso del arroz a la zamorana, es el 'dos y pingada', que no es otra cosa que un par de huevos fritos acompañados por unas lonchas de magra de jamón o jamón serrano pasado por la sartén con las que 'pingar' la yema de los huevos. No debe faltar un poco de pan zamorano, que también puede estar tostado o frito. En algunas casas es imprescindible coronarlo todo con una pizca de pimentón.
Esta popular preparación suele comerse a la hora del almuerzo, después de la procesión del Encuentro y, aunque tradicionalmente se degustaba en las casas, cada vez es más habitual que los bares y restaurantes de Zamora ofrezcan este menú durante el Domingo de Resurrección.
Todo un manjar que casa perfectamente con la personalidad y las tradiciones de los zamoranos, un lugar con raíces humildes y austeras, pero donde saben disfrutar de lo mejor de la zona.