La forma de congelar y descongelar alimentos sin poner en peligro nuestra salud
Se trata de una acción rutinaria que puede entrañar riesgos
Cuánto duran los alimentos congelados, cómo se pueden congelar, qué precauciones hay que tener, son algunas de las preguntas para las que muchos no tienen respuesta pero que resultan fundamentales. Y es que la acción de congelar y descongelar alimentos, que supone un hábito para muchos, puede entrañar riesgos para la salud si no se cumplen las precauciones necesarias.
Por ejemplo, en el caso de la congelación a largo plazo, es importante tener en cuenta los plazos que se deben mantener en función de los alimentos, pues respetando sus tiempos estos productos conservarán sus propiedades nutricionales, así como organolépticas. Tal y como la nutricionista Blanca García Orea, autora del libro 'Dime qué como ahora', ha explicado en Antena 3, son varias las premisas que hay que tener en cuenta a la hora de congelar y descongelar alimentos.
En lo que se refiere a los tiempos, en el caso de la carne se puede mantener congelada de 6 a 12 meses, reduciéndose hasta los 8 meses en el caso del pescado blanco y sin superar los tres para el pescado azul. En lo que respecta al pavo y al cordero, pueden llegar a estar congelados hasta un año, lo que depende de la grasa que tienen y que ayuda a la conservación a largo plazo.
En este sentido, también es importante tener en cuenta los envases en los que se produce la congelación de los alimentos, pues los tupper de plástico son más peligrosos, ya que si se conservan en mal estado puedes provocar la aparición de microorganismos. Más recomendables resultan aquellos recipientes que cuentan con una rejilla sobre la que se puede posar el alimento, separándolo del líquido que suelta.
En lo que se refiere a la descongelación, Blanca García Orea advierte de los peligros de la práctica de sacar un alimento la noche antes y dejarlo en la encimera para que descongele, pues asegura que al conservarse a temperatura ambiente puede ser un escenario perfecto para que algunos microorganismos sobrevivan: «Cuando metemos algo en el congelador no mueren las bacterias solo se ralentiza el crecimiento, una vez se sacan es cuando esas bacterias empiezan a proliferar de nuevo». Así, explica que la mejor forma de hacerlo es pasarlo del congelador a la nevera, para lo que necesita un mínimo de 35 horas en piezas de gran tamaño, por ejemplo, una pata de cordero.