El arte como arma para recuperar la memoria de mujeres olvidadas
Es artista, pero su mayor empeño es dar visibilidad al trabajo de otras mujeres como ella, que quedaron ocultas a lo largo de la historia
En el DNI y en las clases que, desde hace más de tres décadas imparte a estudiantes de secundaria, es María Teresa Cuesta de la Cal. Como artista, remonta el árbol genealógico para hacer suyos -o más bien adelantar porque ya le pertenecen- los apellidos de sus abuelas. Es un homenaje a tantas mujeres «silenciadas» en las familias. María Lara Tomé, reivindica el linaje femenino que discurre por sus venas y en realidad por las de todos porque sin ellas, sin las mujeres, no seríamos.
Nacida en Barakaldo (Bizkaia) en 1964, se licenció en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco en 1987 con la especialidad de Conservación y Restauración de obras de Arte. Abandonadas las aulas, en las que leyó demasiados libros que hablaban de hombres pero obviaban los pinceles o las manos femeninas, le tocó lidiar con la realidad.
«Soy artista y he vivido todos los inconvenientes de ser mujer y ser artista», confiesa. En su afán por prosperar, todo eran cortapisas, techos de cristal, puertas que se cerraban si no te plegabas al comportamiento deseado... vivencias que fueron dejando poso. La memoria está en deuda con el arte femenino y, desde su posición, navega para dar visibilidad al trabajo de tantas artistas que quedaron en el olvido.
Lo hace frente al pupitre, compartiendo con sus alumnos del IES El Piles la genialidad de Rodin pero también de Camille Claudel, hablándoles de Picasso pero también contándoles que existió, Dora Maar, mencionando a Lee Krashner al tiempo que a Pollock...y también investigando para su tesis 'Mujeres artistas en contextos no urbanos de España: narrativas, experiencias y estudios de casos en el primer cuarto del siglo XXI' a través del departamento de Arte de la Universidad de Oviedo.
A la educación llegó casi por casualidad pero pronto descubrió que, además de dibujar y hacer grabados o esculpir, le encantaba enseñar. Si el arte es una herramienta para cambiar el mundo, compartir esa pasión con los demás y avanzar a un sistema de valores con espacio para todos le llenaba el espíritu.
La verdad es que nunca tuvo mucho interés en formar parte del mercado del arte, y ese desapego no ha hecho más que aumentar «Cuando me queda poco tiempo para jubilarme, sólo pienso en hacer talleres, residencias, cursos, es decir, seguir aprendiendo -tiene un posgrado en Ciencias de la Educación y ha realizado más de tres mil horas de perfeccionamiento profesional en torno al aprendizaje del inglés, las nuevas tecnologías y la innovación metodológica en los procesos de enseñanza- y creciendo como artista, por ejemplo, en artes performativas y videoarte, temas que me interesan actualmente», explica.
Sus obras maestras tienen nombre de mujer. Son sus dos hijas, que le inspiraron en el camino hacia el feminismo. Ella, en realidad, nunca había reflexionado sobre su posicionamiento pero al ver que ellas sí se declaraban feministas, echó la vista hacia atrás y se dio cuenta de que, sin intención ni etiquetas, siempre lo había sido. Descubrió, incluso, que su padre, a pesar de la época y los micromachismos, ya la había educado para ser una mujer libre.
Ese bagaje vital le ayudó a plegarse a la vida y trabajar en el diseño y en la decoración de interiores, en estudios de arquitectos... en Menorca y también en Asturias. Presume de tener tantas patrias como lugares en los que ha vivido y de llevarse con ella todo lo bueno de cada sitio.
Ser madre y artista no ha sido fácil pero no cambiaría ni una de las páginas de su historia que, como todas, tiene luces y sombras. «Me esfuerzo por mejorar y mejorarme», resume. Le gusta saber que desde su lugar en el mundo, desde su trabajo como profesora y como artista plástica contribuye a cambiar una mirada que ya es distinta. Su hija, también artista, se enfrenta ya a un mundo diferente al suyo. Queda mucho por avanzar pero María Teresa Cuesta de la Cal, María Lara Tomé, continua asfaltando el camino.