San Lorenzo, puesta a punto
El Principado se comprometía a asumir mediante una subvención los trabajos de limpieza de la iglesia, ya centenaria
Los años no pasan en balde. Ni siquiera para la piedra. Hace 25 años, las súplicas de los miembros de la asociación Centenario de San ... Lorenzo, presidida por Francisco Cerecedo, obtuvieron respuesta en medio de la convulsa crisis que enfrentaba al Gobierno del Principado, el del por entonces aún PP de Sergio Marqués, y los dirigentes nacionales del partido. Victoria Rodríguez Escudero, a la sazón consejera de Cultura y Educación, anunciaba que por fin, superadas ya las trabas administrativas que habían retrasado durante meses la situación, se podría ya gestionar la subvención de nueve millones de pesetas con que «se cubrirá la mitad del presupuesto de limpieza de las fachadas de la emblemática iglesia de Gijón».
«Escudero explicó que los retrasos en la tramitación de las ayudas no se habían debido a falta de voluntad por parte del Principado», contamos entonces, «sino a que no era posible incluir el apoyo a este proyecto en el 1% cultural. En este presupuesto solo se engloban las obras de rehabilitación de catedrales y la iglesia de San Lorenzo no tiene esa consideración». Había habido que buscar otras vías «para llegar a una solución feliz y acorde con los intereses de todos: 'Esa partida económica para subvencionar limpieza de fachadas apareció y la subvención ya está firmada', declaró».
Aprovechó la consejera también para aportar la nota simpática a la noticia. Nos dijo que «siendo niña, y desempeñando su padre funciones de juez en Gijón, Victoria Rodríguez fue feligresa de San Lorenzo». Aquella había sido su vinculación con una iglesia centenaria (comenzó a cimentarse en 1896, y el templo se consagró en 1901) que había resistido a los daños que, en la Guerra Civil, acabaron con sus dos torres neogóticas, fruto del proyecto de Luis Bellido, que no se recuperaron en su restauración de posguerra por Manuel García Rodríguez. De aquella decisión de eliminar las agujas nació un templo único que ahora, décadas después, necesitaba una importante puesta a punto. 18 millones de pesetas serían gastados en adecentar su fachada. La mitad, por fin, ya se había conseguido.
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