Por qué este joven de 28 años abandonó un trabajo de 200.000 dólares de sueldo

Julian Sarafian parecía tenerlo todo. Se había graduado en la prestigiosa Facultad de Derecho de Harvard y tenía el trabajo de sus sueños en un bufete de abogados de primer nivel californiano. Con solo 24 años, ganaba ya 200,000 dólares y había comenzado a escribir su carrera hacia el éxito.

En 2021, todo cambió. Solo tres años después de llegar al lugar en el que quería estar, el joven lo abandonó. Ni los ceros de su cuenta, ni el puesto que ostentaba pudieron apartarle de un problema que venía arrastrando desde la Universidad y que la pandemia agudizó.

Ansiedad y estrés se convirtieron en compañeros de viaje. Los primeros episodios se manifestaron tras la muerte de su abuela, a la que estaba muy unido. Comenzó a experimentar ataques de pánico frecuentes y problemas gastrointestinales. A veces no podia ni comer; tampoco hacer deporte o incluso hablar.

Comenzaron las pruebas médicas, de heces, de ultrasonidos, la endoscopia... y siempre el mismo veredicto: «Solo tienes que controlar tu estrés», todo un problema para un adicto al trabajo. La llegada de la pandemia terminó por destrozar su salud mental.

El psiquiatra le diagnosticó ansiedad severa y depresión leve. «No era lo que esperaba después de trabajar tan duro para llegar a la cima», confesaría tiempo después. El poner nombre y apellidos a su dolencia le obligó a redefinir qué significaba el éxito para él.

Llegó a una conclusión. Toda su vida había trabajado para conseguir el prestigio y la aceptación externa, más respeto a través de la consecución de grandes logros. Si seguía por este camino, «perdería por completo mi sentido de mí mismo», se dijo.

Necesitaba tomar el control y lo que podía controlar era cómo cuidarse a si mismo. En julio de 2021 abandonó el que pensó que sería trabajo el trabajo de su vida como abogado corporativo para centrarse en su salud mental. Con más espacio para respirar, pudo implementar rutinas saludables, más lectura, más ejercicio.

Cuando compartió su historia en Linkedin, se hizo viral. 2,5 millones de personas supieron de su transformación y, de ese nuevo éxito, tan diferente a todos los anteriores, nació la inspiración para su nuevo proyecto porque «centrarse en la salud mental no significa tener que sacrificar las ambiciones».

Sarafian ha cofundado un bufete de abogados para creadores de contenido, a los que ayuda a negociar acuerdos y proteger la propiedad intelectual. Su salario es inferior pero el trabajo le resulta «energizante» y las horas son mejores. Su tropiezo vital le ha permitido aprender algo: éxito y salud mental no son mutuamente excluyentes.

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