Bertrand, Alfonso I y Soria
El penúltimo alcalde de Gijón en el franquismo dio una charla sobre la presencia histórica de los reyes de Asturias en tierras numantinas
Viernes, 11 de agosto 2023, 01:25
No mucha gente lo sabe, pero si en Gijón tenemos una calle Soria fue, en primera estancia, porque su nacimiento coincidió con el traslado de Ignacio Bertrand, que había sido alcalde de Gijón hasta 1970, a Soria, donde fue investido gobernador civil. Fue una buena carrera la de aquel estudiante de Derecho al que la guerra le pilló a los 22 años en el bando que la ganó. A la alcaldía gijonesa había llegado en 1961. Ahora, un par de veranos después de mudarse a Soria, Bertrand volvía a Gijón para pronunciar una charla sobre un tema inesperado dentro de su trayectoria: la relación entre la provincia castellana y los reyes de Asturias.
El marco, la Feria de Muestras, que se celebraba esos días. «El señor Bertrand», dijimos, «comenzó haciendo referencia al nacimiento del reino de Asturias, al ser proclamado rey Pelayo» (caudillo, en realidad), «y luego afirmó que el primer rey que tiene relación con la actual provincia de Soria es Alfonso I el Católico (739-757), de cuya trayectoria vital y política hizo el conferenciante una documentada síntesis expositiva». En cierto punto de Soria, diría Bertrand, había una crónica -la de Rabal- que aseguraba que allí habían residido, a su vez, los reyes Fruela y Aurelio, el mismo que da nombre a San Martín del Rey ídem. El sitio se llamaba Yanguas. Y no acababa ahí la cosa. «Alfonso II el Casto aparece por tierras sorianas en el año 840», decía; Ordoño I, por su parte, «cabalgó por tierras sorianas y ocupó Soria», según el Cronicón Albadense.
La línea del Duero
«Luego, el señor Bertrand dijo que la importancia política, guerrera y diplomática de Alfonso III es haber fijado con una cierta concreción la línea del Duero como límite de su reino de Asturias y de haber iniciado, de acuerdo con los reyes navarros, la guerra contra los Banu-Qasi y también contra los califas, que permitieron algunos años después la incorporación de la Rioja a la España cristiana». «Muy aplaudido y felicitado», Bertrand era ahora continuador, en cierto modo, de unas relaciones extintas con el fin de la monarquía asturiana. «Para otra ocasión quedará el determinar la relación de los reyes de León con nuestra provincia de Soria», hasta Bermudo III. Para otra vez será.